Entrarás al Templo Lama de Pekín con el aroma del incienso en el aire y locales rezando en silencio a tu lado. Con tu entrada (y guía en inglés opcional), descubrirás tallas ocultas, historias detrás de antiguos salones y estatuas gigantes que casi puedes oler antes de ver. Momentos que duran más de lo esperado.
Lo primero que me llamó la atención fue el aroma: incienso dulce y ahumado que se elevaba en el aire frente al Templo Lama en Pekín. Se escuchaba un murmullo tranquilo, ancianos charlando en los bancos y un par de monjes deslizándose con sus túnicas color granate. Saqué el móvil para mostrar la entrada prepagada (que, sinceramente, me salvó de la larga fila en la puerta) y me quedé un momento observando cómo todos se inclinaban ante las puertas rojas. No son solo turistas, aquí los locales vienen a rezar, y eso hace que sientas que entras en un lugar vivo.
Elegí la opción del tour guiado porque, la verdad, no sabía nada sobre el budismo tibetano. Nuestra guía, Li, tenía el don de señalar detalles que yo habría pasado por alto, como los dragones tallados sobre una puerta que simbolizan protección (intenté pronunciar su nombre en mandarín y Li se rió, lo que rompió el hielo). Avanzamos despacio por patios pintados con dorados y azules desgastados. El aire dentro era más fresco, cargado del humo de sándalo. La gente encendía varitas de incienso — recuerdo lo tranquilo que se sentía el lugar, a pesar de estar bastante lleno.
En un momento nos detuvimos frente a una estatua gigante, de 18 metros, tallada en un solo árbol de sándalo. Si te acercas, puedes olerla. Li nos contó que fue un regalo de Tíbet a un emperador que se hizo monje ya en su vejez. Esa historia me quedó grabada: estas salas han visto tantos cambios, pero la gente sigue viniendo a rezar o simplemente a contemplar. Si te preguntas por la logística, el transporte público te deja cerca y el templo es accesible con cochecitos (vi a dos niños pequeños persiguiendo palomas cerca del primer salón). Sigo pensando en esos colores bajo la luz de la tarde — es difícil describirlo sin verlo con tus propios ojos.
La guía en inglés está incluida si eliges esa opción al reservar; si no, la visita es por tu cuenta.
Tu entrada te será enviada cinco días antes de la fecha de tu visita.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden usar cochecitos para recorrer el templo sin problema.
El Templo Lama (Yonghegong) está en el noreste de Pekín y se llega fácilmente en transporte público.
Incluye la entrada y, si eliges, un guía en inglés; el transporte no está incluido, pero hay opciones públicas cercanas.
Tu día incluye la entrada reservada al templo Yonghegong (Templo Lama) en Pekín y, si quieres, un guía en inglés que te contará historias mientras recorren juntos los pasillos llenos de incienso.
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