Pasarás por la Puerta del Meridiano solo con tu pasaporte y la confirmación del ticket — sin esperas. Explora los palacios a tu ritmo, escucha las historias de los guías sobre tronos dorados y jardines antiguos, y quizás te sorprendas siguiendo con la mirada tallas centenarias sin darte cuenta.
Lo primero que me impactó fue el color: ese rojo intenso y dorado por todas partes, incluso antes de cruzar la Puerta del Meridiano. Había comprado mi entrada online (con número de pasaporte incluido, lo que le daba un aire muy oficial), así que solo mostré mi pasaporte y me dejaron pasar sin problema. Nada de largas filas ni confusión, solo ese instante tranquilo de dejar atrás el Pekín moderno para entrar en un lugar donde casi esperas ver a un emperador paseando. El aire olía a polvo antiguo, como madera vieja tras la lluvia — no desagradable, sino lleno de historia.
Nuestra guía, la señora Zhang, tenía un don para señalar detalles que yo habría pasado por alto — como los dragones tallados en el Salón de la Armonía Suprema o las huellas en las escaleras de piedra, marcadas por siglos de procesiones reales. Se rió cuando intenté pronunciar “Taihe Dian” (definitivamente no lo logré), pero pareció contenta de que lo intentara. La magnitud es difícil de explicar: 980 edificios suena a mucho, hasta que caminas por patios interminables y notas que ya te duelen los pies. Ver a niños con gorros iguales persiguiéndose por las piedras le da un aire menos de museo y más de ciudad viva.
Me alejé un rato hacia el Jardín Imperial — allí estaba más tranquilo, con pinos retorcidos y ancianos jugando a las cartas en un banco. El sol apareció un momento y todo se veía más nítido: cielo azul contra tejas amarillas. Curioso qué es lo que se queda en la memoria; para mí fue tocar una de esas viejas puertas rojas y sentir lo suave que estaba por el paso de tantas manos. Si piensas en hacer una excursión de un día a la Ciudad Prohibida desde el centro de Pekín, te digo que tener esa entrada directa hace que todo sea mucho más sencillo — sin estrés por dónde hacer fila o si llegarás a tiempo.
Sí, todos los visitantes deben mostrar pasaporte para acceder con esta entrada directa.
No, esta entrada solo es para la Ciudad Prohibida, no incluye la Plaza Tiananmen.
El acceso es directo por la Puerta Sur (Puerta del Meridiano) mostrando el pasaporte.
Los niños menores de 1,2 metros entran gratis; si miden más, necesitan ticket juvenil.
Recibirás la confirmación 7 días antes de la fecha de la visita, si las entradas están aseguradas.
Sí, la Ciudad Prohibida es accesible para personas en silla de ruedas.
No, la entrada no incluye guía a menos que lo selecciones al reservar.
Tu día incluye entrada pre-reservada a la Ciudad Prohibida de Pekín con acceso directo mostrando tu pasaporte — sin pasar por la Plaza Tiananmen ni hacer largas colas. Solo llega a la entrada principal (Puerta del Meridiano), pasa el control sin complicaciones y disfruta explorando los palacios y jardines a tu ritmo.
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