Sumérgete en el silencio único del Valle de la Luna, sube dunas de arena con guía local, prueba pisco sour mientras el sol se pone sobre formaciones rocosas salvajes y comparte snacks con otros viajeros en lo alto del desierto de Atacama—una experiencia que te dejará maravillado mucho después de volver.
Ya íbamos rodando por el camino de ripio a las afueras de San Pedro de Atacama cuando nuestra guía, Carla, nos contó que los locales llaman al Valle de la Luna “el lugar donde el silencio silba”. Me reí un poco, pero al bajarnos de la van, juro que lo escuché. El viento hacía un suave siseo sobre las salinas. Es curioso cómo el silencio aquí se siente tan fuerte. El suelo crujía bajo mis botas, todo en tonos naranja pálido y blanco, como si alguien hubiera espolvoreado harina por todas partes. Carla señaló Las Tres Marías, un grupo de rocas moldeadas por el viento durante siglos. Nos preguntó si podíamos ver a las “tres Marías”; la verdad, sólo distinguí dos, pero quizás mi imaginación andaba cansada.
Subimos la Duna Mayor (no es tan difícil como parece), con la arena pegándose a mis tobillos. La vista desde arriba es algo que no esperas. Todo parece antiguo y a la vez un poco extraterrestre. Un grupo de niños chilenos bajaba deslizándose por la duna, gritando como si nunca hubieran visto arena (quizás no lo habían hecho). La luz del sol iluminó los acantilados del Anfiteatro justo en el momento perfecto, tiñéndolos de un extraño color rosado por unos minutos. Carla repartió galletas y pisco sour—dijo que es tradición brindar antes del atardecer. El primer sorbo fue a la vez dulce y fuerte. Alguien intentó decir “salud” en español pero se equivocó (“¿Saludo?”), lo que provocó risas entre todos.
La última parada fue el mirador Piedra del Coyote, donde nos juntamos en silencio mientras el cielo cambiaba de dorado a violeta sobre el Valle de la Luna. El frío llegó rápido, ese que te hace sentir la piel erizarse incluso con chaqueta, y alguien pasó vasitos de papel con vino mientras veíamos cómo las sombras se alargaban sobre el desierto de Atacama. No esperaba sentirme tan pequeño y a la vez tan… en paz. Quizás eso es lo que llaman “paisajes inmensos”. De todas formas, a veces recuerdo esa vista cuando el ruido vuelve a casa.
El parque queda a unos 3 km de San Pedro de Atacama.
El tour incluye recogida en San Pedro de Atacama.
Incluye galletas, jugos, pisco sour, vino, aperitivos, papas y salsas.
No, no se recomienda para personas con problemas de movilidad o lesiones de columna.
Sí, se pueden solicitar asientos especiales para bebés.
Visitarás Las Tres Marías, la duna Mayor, los acantilados del Anfiteatro y el mirador Piedra del Coyote.
Tu tarde incluye traslado desde San Pedro de Atacama, recorrido guiado por los paisajes únicos del Valle de la Luna y sus miradores como Duna Mayor y Piedra del Coyote, además de snacks—galletas, aperitivos y bebidas locales como pisco sour y vino—para disfrutar mientras ves cómo los colores del atardecer se apoderan del cielo del desierto antes de regresar juntos al pueblo.
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