Comienza tu día con recogida en el hotel de Puerto Natales y adéntrate en Torres del Paine con una guía local. Observa flamencos en Laguna Amarga, escucha el estruendo de ríos glaciares en Salto Grande y siente el viento patagónico en el Lago Grey. Vuelve con historias nuevas (y muchas fotos) tras un día completo en paisajes salvajes.
No esperaba sentirme tan pequeño al bajar cerca del Lago Sarmiento esa mañana. El viento me dio un golpe de realidad, no de mala manera, sino como recordándome dónde estaba. Nuestra guía, Camila, repartió agua y nueces (creo que comí de más) mientras señalaba el primer vistazo al macizo del Paine. Bromeaba diciendo que hasta los locales se ponen la piel de gallina cuando las nubes se levantan. Intenté sacar una foto, pero ninguna captó realmente esa sensación: ese aire frío mezclado con algo casi dulce que venía de la hierba.
El viaje desde Puerto Natales a Torres del Paine no es largo (una hora más o menos), pero tiene algo hipnótico: ovejas por todos lados, cercas que se pierden en la nada. Paramos en Laguna Amarga y había flamencos parados en esas aguas rosadas. Camila nos contó que vienen por la sal del lago; nunca había visto flamencos fuera de un zoológico. Se rió cuando miré sus patas con lupa (“¡Siempre son así de flacas!”). Registrar las entradas en la puerta del parque tomó un momento, pero nadie parecía apurado: todos estiraban las piernas o miraban las montañas.
Después fue mirador tras mirador: Lago Nordenskjöld, Salto Grande (el sonido del agua golpeando las rocas todavía me retumba en la cabeza), el turquesa del Pehoé bajo nubes cambiantes. En una parada alguien abrió un termo y de repente todo olía a café por un segundo, un alivio extraño frente a ese paisaje tan puro. Los puentes crujían bajo nuestros pies en el Puente Weber; Camila nos advirtió que no nos asomáramos demasiado (“La Patagonia quiere sus propios recuerdos”, dijo). El Lago Grey fue el último — icebergs flotando como juguetes perdidos. Toqué el agua y hacía tanto frío que me dolieron los dedos.
El regreso fue más silencioso, quizás porque estábamos cansados o porque nadie quería romper ese hechizo que esos lugares habían creado. No dejaba de pensar en lo rápido que cambiaba la luz en las montañas — azul un minuto, casi dorada al siguiente — y en que no hay itinerario que pueda planear esos momentos. Así que sí, si vas a esta excursión de un día desde Puerto Natales, lleva ropa de abrigo y no esperes que tus fotos hagan justicia.
La excursión es de día completo, sale por la mañana desde Puerto Natales y regresa por la tarde.
Sí, la recogida en tu alojamiento en Puerto Natales está incluida.
Visitarás el mirador del Lago Sarmiento, Laguna Amarga, Lago Nordenskjöld, mirador Salto Grande, mirador Pehoé, Puente Weber, río Paine y Lago Grey.
Se incluye un snack a bordo: agua y nueces para que no pases hambre entre paradas.
Sí, es apta para todos los niveles, ya que la mayoría de las paradas son caminatas cortas o miradores.
Sí, tu guía bilingüe habla español e inglés.
Se pueden solicitar asientos especiales para bebés durante el transporte.
Tu día incluye recogida en el hotel de Puerto Natales y salida con una guía bilingüe que conoce cada rincón de estas rutas patagónicas. La entrada al parque está cubierta y durante el recorrido te entregan snacks (agua y nueces) para que no pases hambre entre cada lago o mirador, antes de regresar a tiempo para la cena.
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