Comienza tu excursión a Torres del Paine con recogida en hotel en Puerto Natales y disfruta de guanacos salvajes, lagos turquesa, cascadas impresionantes como Salto Grande y la cueva del Milodón con un guía local. Prepárate para caminatas con viento, encuentros con la fauna y relatos que te acompañarán mucho después de volver.
Lo primero que me llamó la atención fue el color — ese azul del lago Sarmiento parece irreal. Apenas salimos de Puerto Natales, nuestra guía Camila señaló unos guanacos pastando junto a la carretera. Nos contó que son como llamas, pero más salvajes (“y mejores para ignorar turistas,” bromeó). El aire estaba fresco, casi con un toque a menta, y pensé que mis manos no se calentarían nunca. Pero paramos en Laguna Amarga — flamencos caminando entre las aguas poco profundas, todo rosa contra ese fondo pálido. Quise sacar una foto pero me quedé simplemente mirando.
Torres del Paine es enorme, mucho más grande de lo que imaginaba en el mapa. Pasamos junto al lago Nordenskjöld (el viento casi me vuela el sombrero), caminamos hasta la cascada Salto Grande donde el rocío me golpeó la cara antes de verla. El ruido allí es impresionante — no se puede hablar, así que todos nos quedamos en silencio un rato. El almuerzo fue sencillo: sándwiches y barras de chocolate del picnic (recomiendo llevar algo extra si sueles comer mucho). En verano hay un restaurante en el parque, pero cuando fuimos estaba cerrado; a nadie pareció importarle.
Después del mirador del lago Pehoe (ese agua turquesa parece pintada), seguimos hacia el sur rumbo al lago Grey. Camila nos contó historias de las montañas — ella creció cerca y dice que cada año descubre rincones nuevos. En el Mirador Grey, las nubes llegaron rápido y ocultaron casi todo el glaciar, pero aún se veía hielo flotando a lo lejos. Se sentía una calma especial, a pesar de que nuestro grupo se movía buscando fotos.
La última parada fue la cueva del Milodón. Por dentro es enorme — fría y con eco, con paneles que muestran dónde encontraron huesos antiguos. Nuestra guía explicó cómo los primeros habitantes usaban este refugio hace miles de años; la verdad me sentí muy pequeño, pero de una forma bonita. Cuando volvimos a Puerto Natales estaba cansado, con polvo y con ganas de repetir la experiencia, esta vez con mejor español (mis intentos sacaron algunas risas). Aún a veces recuerdo a esos flamencos.
La excursión dura alrededor de 9 horas, regresando generalmente sobre las 5:00 pm.
Sí, se incluye la recogida y regreso al hotel en Puerto Natales.
Se puede incluir un almuerzo tipo picnic si se selecciona; de lo contrario no se proporcionan comidas. El restaurante del parque abre solo en verano.
Visitarás el mirador del lago Sarmiento, Laguna Amarga, mirador del lago Nordenskjöld, cascada Salto Grande, mirador del lago Pehoe, sector lago Grey, Mirador Grey y la cueva del Milodón.
Sí, hay caminatas cortas como la de 30 minutos hasta la cascada Salto Grande y paseos por los miradores si el clima lo permite.
El guía profesional habla español e inglés con fluidez.
Sí, hay asientos para niños de 3 a 5 años bajo solicitud; los bebés menores de 3 años deben ir en brazos.
El vehículo puede acomodar sillas de ruedas plegables si se avisa con anticipación; algunas paradas pueden no ser accesibles por el terreno.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Puerto Natales, transporte compartido en vehículo con aire acondicionado y seguro de asiento, snacks durante el camino (y almuerzo tipo picnic opcional), todas las entradas a Torres del Paine incluyendo la cueva del Milodón, y guía local bilingüe que comparte historias durante todo el recorrido.
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