Deja Santiago atrás para una excursión de un día a los Andes: cata de vinos en un viñedo familiar del Valle de Aconcagua, encuentro con llamas en la montaña, curvas de Los Caracoles y la mítica Laguna Inca en Portillo. Historias locales, sabores auténticos y momentos que se quedan contigo.
Lo primero que noté al salir de Santiago fue cómo la ciudad se iba quedando atrás — un momento estás en medio del tráfico y al siguiente solo ves cerros secos y ese aire frío y puro que solo se siente en los Andes. Nuestro guía, Claudio, tenía un don para señalar detalles que yo jamás habría notado: pequeños altares al borde del camino, el lugar exacto donde se asoma el Aconcagua si las nubes lo permiten (al principio no, pero él no dejaba de mirar hacia atrás por si acaso). Paramos a tomar café y comer unas empanadas en un lugar que olía a leña y masa recién hecha. Intenté pedir en español; la mujer me sonrió y cambió al inglés antes de que me pusiera más nervioso.
Llegamos a Viñedos Familiares In Situ justo cuando el sol empezaba a calentar. Las vides parecían casi plateadas contra las montañas — difícil de explicar si no lo ves. Probar el vino ahí afuera se siente distinto a cualquier bar elegante; es más tranquilo, más pausado. Claudio sirvió un vino rojo intenso y nos contó que su tío de niño solía robar uvas a escondidas. Aún recuerdo esa vista — copa en mano, polvo en los zapatos, viento jugando con mi chaqueta. Y luego, en la siguiente parada, aparecieron las llamas (más suaves de lo que imaginaba), junto a un vendedor de empanadas que me guiñó un ojo cuando pregunté si picaban.
El camino por Los Caracoles — esas curvas interminables — me hizo sentir mariposas en el estómago pero también una extraña sensación de estar suspendido entre el cielo y la roca. La estación de esquí Portillo parecía desierta salvo por algunos empleados saludando desde lejos (temporada baja y calma). La comida en su restaurante no está incluida, pero sentarse junto a la ventana con una sopa y ver cómo las nubes se movían sobre la Laguna Inca valió cada peso. Claudio contó una antigua historia sobre una princesa inca y aguas esmeralda; quizá sea solo leyenda, pero el color realmente parecía irreal.
El tour sale alrededor de las 8 a.m. y regresa por la tarde; es una experiencia de día completo.
No, el almuerzo no está incluido; tendrás tiempo libre para comer en el restaurante de Portillo por tu cuenta.
Sí, la cata en Viñedos Familiares In Situ está incluida y es guiada por el líder del tour.
Sí, hay una parada donde puedes fotografiar y acariciar llamas que andan libres por el camino.
Usa zapatos cómodos, lleva protector solar y una chaqueta cortaviento; el clima en la montaña cambia rápido.
Sí, incluye recogida y regreso desde hoteles en zonas céntricas de Santiago o puntos de encuentro designados.
No; en invierno el acceso está cerrado por seguridad debido a la nieve, según las normas del Hotel Portillo.
Tu día incluye transporte con aire acondicionado y recogida en hoteles céntricos de Santiago o puntos de encuentro si es necesario, cata guiada en Viñedos Familiares In Situ con tiempo para disfrutar al aire libre, paradas para café o empanadas (a tu cargo), encuentro con llamas en el camino, tiempo libre para almorzar en el restaurante de Portillo con vista a la Laguna Inca (almuerzo no incluido), y toda la logística organizada para que solo te preocupes por disfrutar las vistas antes de volver a tu hotel por la tarde.
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