Al llegar a Yellowknife entrarás directo a una cálida cabaña iluminada por la chimenea, compartiendo sopa de pescado local y bannock mientras las auroras bailan sobre ti. Prueba ropa típica para fotos, disfruta té de abeto o tu propia bebida bajo las luces del norte, y conversa con locales que conocen cada sonido del invierno.
Apenas habíamos salido del aeropuerto de Yellowknife cuando la furgoneta giró hacia un camino cubierto de nieve — todavía sentía el zumbido del avión en el pecho. La conductora, creo que se llamaba Marie, se rió diciendo que el trayecto era corto (“Ya verás, está más cerca de lo que piensas”). Ya era de noche, pero no había silencio; ese silencio especial que hace que cada pisada sobre la nieve suene gigante. Al llegar a la cabaña, alguien ya había encendido la chimenea — ese olor a leña seca me llegó antes de que notara las primeras luces del norte parpadeando por la ventana.
Entrar fue como llegar a la sala de estar de un amigo después de un largo viaje. Nuestra guía (¿Li? ¿Lee? Ojalá hubiera preguntado cómo se escribe) nos pasó tazas de té de punta de abeto y nos contó cómo fue crecer aquí — al parecer su abuela hacía un bannock capaz de “detener a un alce en seco”. Todos nos probamos unos gorros de piel salvaje para las fotos; yo me veía ridículo, pero todos reíamos tanto que nadie se preocupó. La palabra clave aquí es tour auroras Yellowknife, pero en verdad se sentía más como una noche en casa de un amigo que un tour. En un momento Li señaló hacia afuera y todos salimos corriendo — sin zapatos, solo calcetines sobre el hielo — porque el cielo explotó en verde por unos dos minutos. Mi móvil no pudo captarlo bien, pero no importó.
Después de medianoche sacaron una sopa caliente de pescado (con aroma a eneldo y humo) acompañada de bannock recién hecho que soltaba vapor al abrirlo. Éramos como ocho en total, compartiendo historias mientras alguien servía té y otro abría una botella de champán que había traído (dijeron que puedes llevar tus propias bebidas). Es curioso — aún puedo saborear esa sopa si cierro los ojos. Finalmente volvimos a la furgoneta, con las mejillas ardiendo por el frío y la risa. Si estás pensando en reservar un tour de auroras en Yellowknife, esto es probablemente lo que buscas: gente real, comida auténtica y esos pequeños momentos que se quedan para siempre.
Sí, el traslado desde el aeropuerto de Yellowknife está incluido incluso para llegadas tarde.
Se ofrece una cena ligera a medianoche con sopa de pescado local y bannock recién hecho.
Sí, puedes traer tu bebida, como champán, para celebrar bajo las auroras.
Los tours son en grupos pequeños; se requiere un mínimo de 5 personas para operar y hay opciones privadas para hasta 12 invitados.
Sí, bebés y niños pequeños pueden participar; se permiten cochecitos y los bebés deben ir en el regazo de un adulto.
Sí, es adecuado para cualquier nivel de condición física.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este tour.
Sí, hay ropa típica para divertirse y hacerse fotos durante la noche.
Tu noche incluye traslado desde el aeropuerto de Yellowknife o puntos cercanos, una cálida bienvenida en una cabaña privada para ver auroras justo afuera de la ciudad, todos los tés (incluyendo variedades locales), café durante la velada, una cena ligera a medianoche con bannock fresco y sopa de pescado local — y puedes traer tu propia bebida para celebrar antes de regresar tarde en la noche.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?