Disfruta vistas cercanas del Malahat Skywalk, pasea por los coloridos senderos de Butchart Gardens y conoce los rincones de Victoria, todo en un día relajado con guías amables y sin aglomeraciones.
El aire de la mañana en Victoria siempre tiene un toque fresco, incluso en verano. Nos recogieron puntuales, sin prisas ni estrés. Nuestro guía, Mark, tenía esa manera natural de contar historias sobre la zona mientras avanzábamos hacia el norte, rumbo a Malahat. Recuerdo pasar junto a una panadería donde el aroma a rollos de canela recién hechos se colaba por la ventana abierta. El trayecto fue tranquilo, con vistas entre los altos pinos que dejaban asomar el mar Salish.
El Malahat Skywalk fue impresionante. Comienzas por pasarelas de madera que serpentean entre árboles de arbutus, con ese olor a tierra mojada tras la lluvia de la noche anterior. Al subir la torre en espiral, se siente una brisa suave en cada vuelta. Arriba, el paisaje se abre completamente; se ven islas boscosas dispersas en el agua y hasta el Monte Baker si el cielo está despejado. Algunos nos animamos a cruzar la sección de red “aventura”: las piernas me temblaban, pero valió la pena por la vista directa hacia abajo.
Después, un corto viaje hasta la terminal del ferry. El cruce es parte del encanto: locales charlando con café en mano en la cubierta, gaviotas siguiéndonos con la esperanza de algún bocado. En poco tiempo desembarcamos y nos dirigimos a los Jardines Butchart. Si nunca has estado, imagina entrar en un cuadro vivo: cada sendero lleva a un estallido de colores o a un estanque escondido tras setos. Perdí la noción del tiempo viendo los koi deslizarse bajo las hojas de loto mientras un jardinero podaba las rosas cerca.
El regreso a Victoria no es solo un traslado, sino un mini tour por la ciudad. Pasamos por Government House (los jardines estaban siendo cortados), luego bajamos la velocidad cerca del Castillo Craigdarroch para sacar fotos desde la ventana del van. En Beacon Hill Park familias hacían picnic bajo grandes arces, y en Fisherman’s Wharf se mezclaba el aroma a fish and chips con la brisa salada. La última parada fue en el faro Breakwater: ese día las olas apenas rozaban las rocas.
¡Por supuesto! El tour es accesible para sillas de ruedas y también apto para cochecitos de bebé. Además, hay asientos especiales para infantes.
Tendrás tiempo de sobra para explorar, generalmente unas dos horas para recorrer a tu ritmo y disfrutar de todos los jardines.
Recomiendo zapatos cómodos (hay bastante que caminar), una chaqueta ligera porque el clima puede cambiar rápido, y quizás algo de picar entre paradas.
No incluye comidas, pero en ambos lugares hay opciones para comprar comida o café si te da hambre durante el recorrido.
Este tour en grupo pequeño incluye transporte en vehículo con aire acondicionado, guía durante toda la experiencia, tickets de ferry y entrada al Malahat Skywalk y los Jardines Butchart. Nosotros nos encargamos de todo, solo tienes que venir listo para disfrutar.
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