Despegarás sobre Montreal con un piloto local, volando junto al Oratorio del Mont Royal y dando vueltas sobre los techos del Viejo Montreal. Verás el Parque Olímpico y cruzarás el río San Lorenzo mientras escuchas comentarios en vivo por los auriculares. Es una mezcla extraña de emoción y calma — y muchas oportunidades para selfies torpes en la ventana si te animas.
Lo primero que noté no fue la ciudad, sino la suave vibración bajo mis pies al despegar del helipuerto a las afueras del centro de Montreal. Nuestro piloto, Alain, soltó un chiste sobre su “acento francés que no cuesta extra”, y todos nos reímos (aunque, siendo honestos, su inglés era mejor que el mío). Los auriculares aislaban todo excepto su voz y el suave zumbido de las hélices. De repente, nos inclinamos hacia adelante y ahí estaba: el Mont Royal elevándose con el Oratorio de San José como una pequeña corona verde. No esperaba sentirme tan pequeño allá arriba — o quizás tan despierto.
Sobrevolamos el río San Lorenzo, con el sol reflejándose en el agua que desde arriba parecía casi metálica. Alain señaló el Viejo Montreal y la zona del puerto — podía ver a personas diminutas caminando por calles empedradas. El puente Jacques Cartier parecía un juguete puesto sobre el agua. Es curioso; conoces estos lugares en fotos o caminando, pero desde el aire se unen de otra forma, como una historia continua en vez de barrios separados. Mi pareja intentó sacar una foto pero solo logró su reflejo en la ventana (se rió y desistió tras tres intentos).
Fui captando pequeños detalles: techos azules cerca del Parc Jean Drapeau, canchas de fútbol detrás del Estadio Olímpico que parecían sellos verdes. El comentario era realmente interesante — no demasiada historia, solo lo justo para querer investigar después (¿sabías que las islas Boucherville son hogar de garzas? Yo no). El vuelo se sintió rápido pero sin prisas; recuerdo pensar lo extraño que es lo tranquilo que resulta cuando solo escuchas tu respiración y la voz de Alain en los auriculares. Aterrizamos antes de que quisiera que terminara — mis piernas temblaban al bajar, pero de buena manera.
La duración exacta no está especificada, pero la mayoría de los tours en helicóptero por la ciudad suelen durar entre 20 y 30 minutos, según la ruta y el clima.
Sí, el piloto o guía ofrece comentarios en vivo a través de los auriculares durante el tour en helicóptero.
Verás el Mont Royal con el Oratorio de San José, el Viejo Montreal, el Parque Olímpico, el puente Jacques Cartier, el Parc Jean Drapeau, las islas Boucherville y más.
Sí, los niños son bienvenidos pero deben ir acompañados por un adulto; los menores de 24 meses vuelan gratis.
Los pasajeros que pesen más de 113 kg (250 libras) no pueden subir por límites de balance del avión.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas, incluyendo las opciones de transporte cercanas.
No se menciona recogida en hotel; debes presentarte en el helipuerto designado.
El tour puede ser guiado por un piloto multilingüe según disponibilidad.
Tu vuelo incluye auriculares claros para escuchar los comentarios en vivo durante todo el recorrido, todos los impuestos y tasas incluidos, y entrada gratuita para niños menores de 24 meses acompañados por un adulto — solo tienes que presentarte en Helicraft listo para despegar sin complicaciones.
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