Despega desde el aeropuerto de Squamish con un piloto local que te guiará sobre glaciares, lagos alpinos y montañas salvajes en solo 35 minutos. Escucha sus historias por los auriculares mientras sobrevuelas el Parque Provincial Garibaldi y descubres cascadas ocultas y valles secretos que no podrías alcanzar caminando. Una experiencia que recordarás mucho después de aterrizar.
No esperaba que se me revolviera el estómago antes de despegar en el aeropuerto de Squamish, pero hay algo en ver ese pequeño avión prepararse, con la hélice girando, que te hace sentir que vas a ver el mundo de otra manera. Nuestro piloto, Jamie (que creció aquí), nos pasó los auriculares con una sonrisa cómplice, como si guardara un secreto. El aire olía fresco, casi metálico, y se oían gaviotas peleando por algo detrás del hangar. Hacía más frío de lo que imaginaba para finales de primavera.
Al despegar, todo se fue quedando atrás: carreteras, casas, hasta la noción del tiempo. Jamie señaló primero la cordillera Tantalus; yo seguía confundiendo cuál pico era cuál hasta que se rió y dijo que casi todos los locales hacen lo mismo. Los glaciares parecían como si alguien hubiera untado glaseado sobre las montañas, y había lagos azules imposibles escondidos entre las rocas. Bajó la velocidad cerca del Lago Lovely Water (sí, ese es su nombre), y desde arriba parecía irreal, demasiado perfecto. Mis auriculares crujían mientras Jamie contaba la antigüedad de esos valles, pero me distraje con la luz del sol reflejándose en una cascada muy abajo.
Hubo un momento, quizá a mitad del vuelo, en que solo se escuchaba el zumbido del motor y tu propia respiración. Nada de tráfico, ni notificaciones de móvil. Solo cielo, nieve y verde por todos lados. Intenté sacar una foto, pero lo dejé; nunca logra captar lo pequeño que te sientes allá arriba. Dimos vueltas sobre el Parque Provincial Garibaldi y pensé: la gente camina días para ver esto, y nosotros lo tenemos justo bajo nuestros pies en solo treinta y cinco minutos.
Al aterrizar, sentí las piernas temblorosas (no sé si por nervios o emoción). Jamie preguntó si habíamos visto cabras montesas; parece que se camuflan tan bien que casi nadie las nota. Aún recuerdo esa vista sobre el Lago Lovely Water — no sé si alguna vez se olvida algo así.
El vuelo dura aproximadamente 35 minutos desde el despegue hasta el aterrizaje.
El tour parte desde la base Sea To Sky Air en el aeropuerto de Squamish.
Sí, el piloto local te va contando todo a través de los auriculares durante el vuelo.
Los bebés pueden viajar gratis, pero deben ir en el regazo de un adulto durante el vuelo.
Verás glaciares, lagos alpinos, cascadas y picos de varias cordilleras, incluyendo Tantalus y el Parque Provincial Garibaldi.
Sí, las tarifas de entrada a parques nacionales están incluidas en la reserva.
Si las condiciones climáticas no son adecuadas, el tour puede reprogramarse o reembolsarse según sea necesario.
Tu día incluye auriculares para escuchar claramente a tu piloto-guía local, todas las tasas de aterrizaje y uso de instalaciones en el aeropuerto de Squamish, tarifas de entrada al Parque Provincial Garibaldi y zonas cercanas, además de impuestos aeroportuarios—todo cubierto desde que llegas a la base Sea To Sky Air para tu aventura aérea.
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