Quieres que tu viaje termine (o comience) sin contratiempos—este traslado privado significa no esperar, nada de estrés, y alguien que conoce Vancouver al dedillo manejando todos los detalles por ti.
Aún era temprano cuando arrastré mi maleta por el vestíbulo, la ciudad apenas despertando afuera. Nuestro conductor ya había avisado al portero—no hubo que buscar direcciones ni esperar. El coche estaba impecable, y al salir se percibía un leve aroma a cuero mezclado con un toque de la lluvia típica de Vancouver en el aire. Notarás de inmediato que estos traslados no son los típicos viajes en taxi; es como que un amigo te venga a buscar, pero con habilidades de estacionamiento mucho mejores.
El trayecto hacia YVR nos llevó por barrios adormilados y algún ciclista valiente desafiando la llovizna. Nuestro chófer señaló atajos que solo los locales conocen, esquivando el tráfico matutino cerca de Cambie Street. Me gustó que no tuvimos que preocuparnos por el equipaje—él se encargó de todo mientras yo revisaba las actualizaciones de mi vuelo en el móvil. Si viajas con niños o cochecito, tienen espacio y hasta asientos para bebés disponibles si los pides con anticipación. La experiencia es realmente fluida, para ser sincero.
Tu conductor avisará al portero cuando llegue. Solo dile al portero que tienes una reserva—te indicará directamente dónde está tu chófer.
¡Por supuesto! Hay espacio para cochecitos y asientos especializados para bebés disponibles si los solicitas con anticipación.
Sí, los animales de servicio son bienvenidos a bordo de nuestros vehículos.
Sí, nuestro servicio es apto para todos los niveles de movilidad y podemos ayudar con el equipaje o necesidades especiales si es necesario.
Tu traslado privado incluye todas las tarifas—GST, recargo por combustible, propinas—y asistencia con el equipaje. Los asientos para bebés están disponibles bajo petición, y los animales de servicio también son bienvenidos.
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