Recorrerás el Plateau-Mont-Royal con un guía local que conoce cada mural y callejón. Descubre obras enormes junto a pequeñas joyas ocultas, escucha las historias detrás del arte y recibe consejos personales para dónde comer o tomar algo después. Al final, sentirás que viste una cara de Montreal que pocos conocen — y tal vez hasta te sientas un poco en casa.
Apenas habíamos dejado atrás Saint-Laurent cuando nuestro guía, Alex, nos detuvo frente a una pared — la verdad, yo ya había pasado por ahí y nunca había visto al pequeño zorro hecho con papel pegado bajo la canaleta. Se rió cuando me esforcé por verlo (“Es fácil pasarlo por alto”, dijo), y empezó a contarnos cómo esas piezas pequeñas a veces duran más que los grandes murales llamativos. El aire olía a café de algún lugar cercano, mezclado con ese aroma a cemento húmedo que solo se siente después de la lluvia de la mañana. Un repartidor cantaba suavemente en francés mientras pedaleaba. Por un instante, sentí que éramos parte del barrio y no solo turistas de paso.
El Plateau está lleno de color — algunos murales tienen hasta diez pisos de altura, con formas salvajes que se derraman sobre ladrillos y piedras antiguas. Nos metimos en callejones donde Alex señalaba firmas de artistas que yo jamás habría reconocido (intenté pronunciar una y él sonrió, “¡Casi!”). Nos habló de las olas de inmigración que han moldeado tanto el arte como la ciudad — me hizo ver Montreal con otros ojos, como si cada pared contara una capa más de su historia. En un momento entramos en un callejón que olía a pintura en spray y bagels recién hechos (no es broma), y el silencio solo se rompía por la radio de alguien que sonaba con canciones clásicas de Leonard Cohen desde una ventana abierta.
No esperaba sentirme tan conectado con el arte urbano — ni reír tanto con las historias de Alex sobre artistas rivales que salían de noche a pintar. El tour terminó cuando nos dio una lista garabateada con sus bares y restaurantes favoritos (todavía la guardo en mi billetera). Podrías quedarte vagando horas después si quisieras; la verdad es que yo casi lo hice. Algo en esos colores se queda contigo más tiempo del que imaginas.
Sí, todas las áreas y superficies del recorrido son accesibles para sillas de ruedas.
El tour cubre varias calles y callejones del Plateau; se camina a ritmo moderado, pero no hay una duración exacta establecida.
Sí, bebés y niños pequeños pueden participar; se aceptan cochecitos o carriolas.
Sí, el guía te entregará una lista personal con sus restaurantes y bares favoritos en Montreal.
Sí, el tour muestra obras de artistas locales de Montreal y creadores internacionales.
Sí, hay opciones de transporte público cerca para facilitar el acceso.
Tu día incluye una mirada exclusiva al arte urbano de Montreal con un guía local que comparte las historias detrás de cada mural. También recibirás una lista personal con restaurantes y bares recomendados para explorar después de la caminata — y mucho tiempo para perderte por tu cuenta si quieres.
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