Te lanzas en cuatro tirolesas sobre el cañón del Niágara, pasando junto a las American Falls hacia el trueno y la niebla de Horseshoe Falls. Con un guía local que cuida la seguridad y un traslado fácil de regreso, disfrutas vistas cercanas y tiempo para absorber esa energía salvaje — además de muchas oportunidades para fotos al viento.
Nos pusimos los arneses con esa mezcla extraña de nervios y emoción — ya sabes, cuando las manos te sudan un poco pero no puedes dejar de sonreír. El equipo en la plataforma bromeaba (uno dijo que lo había hecho “unas 500 veces” y aún le daba mariposas), lo que ayudó a relajarme. El rugido de las Cataratas del Niágara se escucha antes de verlas, ese retumbar bajo tus pies. Olía a piedra mojada y algo casi eléctrico en el aire, como justo antes de una tormenta de verano.
Los primeros segundos tras lanzarme — sinceramente, me olvidé de respirar. Volamos sobre el cañón del río Niágara, cuatro tirolesas paralelas, con el viento tirando de las mangas. A la izquierda estaban las American Falls, blancas y rugientes, pero mis ojos no dejaban de mirar esa nube espesa de niebla adelante, donde las Horseshoe Falls caen con fuerza. El guía nos dijo que buscáramos arcoíris en la bruma; alcancé a ver uno por un instante antes de que desapareciera. Mi amiga intentó gritar algo pero su voz se perdió entre el ruido — es increíble lo fuerte que suena el agua.
El aterrizaje en la plataforma de observación fue más suave de lo que esperaba. Hay un momento en que quedas suspendido, mirando toda esa agua cayendo sobre la roca, y te das cuenta de lo pequeño que eres frente a eso. Sacamos fotos (mi pelo quedó pegado de lado por el viento) y nos quedamos ahí un rato, sin decir mucho. El traslado de regreso al aire libre fue fresco y lleno de gente riendo por sus “caras de tirolesa”. Todavía recuerdo esa vista directa a las cataratas — se queda contigo de una forma que no esperaba.
Sí, niños desde 7 años pueden subir si van acompañados por un adulto.
La tirolesa mide 670 metros cruzando el cañón hacia Horseshoe Falls.
Sí, hay oportunidades para fotos en la plataforma de observación cerca de Horseshoe Falls.
Un traslado al aire libre lleva a los visitantes desde la plataforma de llegada hasta la plataforma de salida.
Sí, todas las áreas y opciones de transporte son accesibles para sillas de ruedas.
Se incluye casco y arnés cómodo con bolsillo para objetos personales para cada participante.
No se requiere experiencia previa; es apto para la mayoría de niveles físicos, aunque no se recomienda para ciertas condiciones de salud.
Tu día incluye casco de seguridad y arnés cómodo (con bolsillo para tus cosas), instrucciones completas de los guías antes del despegue, vistas panorámicas desde la plataforma cerca de Horseshoe Falls, y un traslado al aire libre de regreso al punto de inicio para evitar subir caminando.
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