Verás el amanecer sobre las torres de Angkor Wat antes de pedalear por senderos antiguos con un grupo pequeño y guía local. Desayuna al aire libre, recorre la selva pasando por las misteriosas caras de Bayon y descansa con almuerzo junto al embalse Srah Srang. Una mezcla perfecta de esfuerzo y maravilla, un día que recordarás cada vez que veas un amanecer.
Alguien me pasa una taza de café caliente en la oscuridad — aún no veo su cara, pero el aroma es suficiente para despertarme. El aire alrededor de Angkor Wat a las 5 de la mañana es denso y silencioso, solo roto por el suave murmullo de otros viajeros somnolientos. Nuestro guía, Dara, nos hace señas con una sonrisa que de alguna forma hace que madrugar duela menos. Escoge un lugar junto al estanque de lotos donde simplemente esperamos, sin hablar mucho. Cuando el sol finalmente asoma detrás de esas torres… sí, entiendo por qué la gente hace esto. No esperaba que se sintiera tan tranquilo con tanta gente alrededor.
Desayunamos fuera del templo — huevos, fruta y algo dulce que aún no sé cómo llamar (Dara intentó explicármelo pero seguro lo arruiné). Luego nos subimos a las bicis, rodando por caminos arenosos mientras los pájaros levantan vuelo entre los árboles. La palabra clave aquí es “tour en bici al amanecer en Angkor Wat”, pero en realidad se sentía como flotar entre dos mundos. En el templo Bayon, Dara nos mostró las caras talladas en piedra — algunas sonrientes, otras serias — y nos contó historias de antiguos reyes y dioses mientras comíamos diminutos plátanos que había traído. Mis manos se llenaron de polvo al tocar las tallas; se siente lo antiguo que es todo.
La Terraza de los Elefantes fue más larga de lo que imaginaba, con esas tallas desgastadas que parecen fundirse con la piedra. Seguimos pedaleando por parches de selva donde el canto de las cigarras era más fuerte que el ruido de las ruedas. En Ta Prohm, las raíces se enredan alrededor de muros caídos y hay una frescura húmeda bajo los árboles — me quedé quieto un rato, sin pensar en nada más. El almuerzo fue junto al embalse Srah Srang: fish amok y arroz en un lugar con aire acondicionado que se sentía como un premio después de tanto sol (y sin quejas de mi parte). El regreso fue tranquilo; todos parecían perdidos en sus pensamientos o simplemente con las piernas cansadas.
De vez en cuando recuerdo ese amanecer cuando me despierto temprano en casa — cómo Dara se rió cuando alguien intentó pronunciar “Srah Srang”, o cómo mi camiseta se pegó a la espalda antes de que empezara el desayuno. Si buscas una excursión de un día desde Siem Reap que sea sudorosa pero también mágica (con transporte y comidas incluidos), este tour en bici al amanecer por Angkor vale totalmente la pena.
El tour empieza antes del amanecer con recogida en el hotel; la hora exacta se confirma tras reservar.
Sí, se sirve un desayuno estilo occidental justo afuera de Angkor Wat tras ver el amanecer.
El recorrido es de baja dificultad pero requiere algo de habilidad en bici; se circula por caminos de tierra.
No, la entrada a Angkor no está incluida; debes comprarla por separado para entrar al complejo.
Visitarás Angkor Wat, Bayon, Terraza de los Elefantes, Ta Prohm y el embalse Srah Srang.
Sí, transporte ida y vuelta en minivan con aire acondicionado desde tu hotel en Siem Reap está incluido.
Incluye desayuno occidental y almuerzo tradicional Khmer durante la excursión.
Se pueden solicitar asientos especiales para bebés de hasta 14 kg.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Siem Reap en minivan con aire acondicionado, todo el equipo y casco para la bici durante el recorrido, además de snacks y bebidas. Después del amanecer en Angkor Wat te espera un desayuno occidental y luego un almuerzo Khmer cerca del embalse Srah Srang antes de volver cómodamente por la tarde.
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