Conoce a gente local mientras recorres las calles históricas de Battambang con una guía que creció aquí. Descubre casas coloniales francesas, visita templos y escucha relatos sobre el pasado de Camboya — desde la guerra hasta el comercio y la vida cotidiana. Captarás detalles y momentos que te acompañarán mucho después de irte.
Li ya nos esperaba en la esquina del Mercado Central, saludándonos como si fuéramos viejos amigos. Me pasó una botella de agua y me preguntó si ya había probado el num pang — no lo había hecho, y ella sonrió con picardía: “La próxima vez.” El mercado olía a mango maduro y carne a la parrilla, mientras las motos se movían entre nosotros con esa habilidad que solo los camboyanos parecen dominar sin chocar. Empezamos nuestro paseo justo ahí, en el corazón de Battambang, esquivando cestas llenas de lichis y escuchando a Li contar cómo los franceses diseñaron esos edificios amarillos. No podía dejar de fijarme en las persianas azules, algunas abiertas, otras cerradas para protegerse del sol.
Recorrimos filas de casas coloniales (Li dijo que aún quedan más de 300 en pie), con balcones cubiertos de enredaderas. En un momento se detuvo para mostrarnos una estatua — el Elefante Blanco de cuando Tailandia controlaba Battambang. Intenté repetir su nombre en jemer; Li se rió de mi acento pero pareció contenta de que lo intentara. Se sentía una calma extraña al llegar a la antigua Casa del Gobernador, a pesar del ruido del tráfico cercano. Li nos habló de “los tiempos muy duros” durante la época de los Jemeres Rojos, bajando la voz por un instante. El ambiente se volvió denso, casi palpable.
Luego el ánimo cambió al llegar a un templo chino escondido entre tiendas. El incienso se escapaba a la calle y un anciano nos saludó con la cabeza cuando asomamos la mirada (creo que le hizo gracia mi torpe reverencia). Hablamos sobre cómo la cultura china se mezcló en la historia de Battambang — budismo, hinduismo, y también comunidades musulmanas y cristianas dejaron su huella aquí. La última parada fue el Banco de Indochina; Li nos explicó cómo circulaba el dinero por esas paredes cuando Battambang era un centro comercial. Para entonces mi camiseta ya se me pegaba a la espalda y me di cuenta de que apenas había sentido el calor hasta que paramos.
No hay un tiempo exacto, pero cubre varios puntos clave en el centro de la ciudad caminando.
Sí, la guía es una persona local, nacida y residente en Battambang, con un conocimiento profundo de su historia.
Verás el Mercado Central (estilo francés), casas coloniales, la estatua del Elefante Blanco, la Casa del Gobernador, un templo chino y el Banco de Indochina.
Sí, se proporciona agua potable durante todo el recorrido.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este paseo.
No, solo ropa cómoda o flexible, protección solar, gafas de sol y quizás una cámara.
Sí, es un paseo tranquilo por la ciudad, ideal para cualquier condición física.
No, solo se incluye agua para beber.
Tu día incluye agua para beber durante el paseo y la compañía de una guía local que habla inglés y conoce Battambang al detalle; solo necesitas ropa cómoda y muchas ganas de descubrir.
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