Verás cómo Angkor Wat despierta con la luz suave de la mañana, caminarás bajo las antiguas caras del templo Bayon y descubrirás las raíces de Ta Prohm entre las piedras. Un guía local compartirá historias mientras exploras rincones ocultos y ruinas tranquilas, con toallas frías y recogida en hotel para que todo sea más fácil.
Lo primero que recuerdo es el sonido: un zumbido bajo y constante de monjes cantando detrás de la piedra. Aún estaba oscuro cuando nuestro guía, Sopheak, me entregó una botella de agua fría (se sentía genial en la mano) y caminamos hacia el foso de Angkor Wat. El amanecer no fue ese típico de Instagram perfecto; era brumoso, con un dorado rosado que se colaba entre las nubes, pero honestamente eso lo hizo sentir más auténtico. Había algunas caras adormiladas a nuestro alrededor, pero predominaba el silencio. Sopheak me señaló tallas en la piedra que jamás habría notado solo —una parecía un dinosaurio— se rió y me dijo que era una broma local.
Después del amanecer, subimos por las torres de Bayon —54 en total, cada una con esas enormes caras que te observan. El aire olía a tierra húmeda e incienso. En algún momento perdí la cuenta de qué templo era cuál (¿Bayon? ¿Baphuon? Siempre los confundía), pero a Sopheak no le molestaban mis preguntas. Me contó historias del rey Jayavarman VII mientras paseábamos por la Terraza de los Elefantes —los niños jugaban cerca, corriendo descalzos sobre las piedras. Intenté repetir una palabra en jemer que me enseñó para decir “gracias”. Seguro la dije mal, pero él sonrió igual.
Ta Prohm fue donde todo se sintió enredado —las raíces abrazaban las puertas como sacadas de un sueño. Era mitad selva, mitad ruina; los pájaros cantaban arriba y todo estaba verde y húmedo. Hicimos una pausa allí con toallas frías (no sabía cuánto las iba a necesitar). Por la tarde, en Banteay Kdei, la gente ya se había ido. Las piedras estaban tibias bajo mi mano y había una calma que me acompañó incluso después de irnos. Difícil explicar por qué esa parte me marcó tanto —simplemente pasó.
El tour comienza temprano, antes del amanecer, para llegar a Angkor Wat a tiempo para ver el alba.
Sí, el transporte privado con recogida en el hotel en Siem Reap está incluido.
Se visitan Angkor Wat, Bayon (en Angkor Thom), Ta Prohm y Banteay Kdei.
Sí, durante todo el día ofrecen toallas frías y agua embotellada.
No, en la descripción del tour no se menciona almuerzo incluido.
El tour dura todo el día, desde temprano en la mañana hasta la tarde.
El tour es apto para todos los niveles; los niños deben ir acompañados y los bebés pueden ir en brazos.
Sí, un guía local que habla inglés acompañará a tu grupo privado.
Tu día incluye transporte privado con recogida en hotel en Siem Reap, entrada a los templos principales como Angkor Wat y Ta Prohm, guía local experto en inglés, además de toallas frías y agua para que estés cómodo mientras recorres las antiguas ruinas de Camboya.
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