Recorre la costa sur de Sal en bici eléctrica con un guía local, visita minas de sal tranquilas para probar cristales frescos y nada en aguas turquesas. Vive de cerca los barrios llenos de color y música de Santa Maria antes de volver con los pies llenos de arena y nuevas historias.
Para ser sincero, al principio me daba un poco de miedo eso de la “bici eléctrica en la playa” — ¿arena y bici? Pero nuestro guía, Paulo, solo sonrió y me pasó un casco. Dijo algo en portugués sobre que hasta su abuela podía hacerlo (pillé “avó” y me guiñó un ojo). El aire en Sal es salado y dulce a la vez, casi pegajoso, y se oye el mar antes de verlo. Salimos de Santa Maria y enseguida vimos niños saludando desde puertas pintadas de azul y rosa. Parecía que todos conocían a Paulo.
La primera parada fueron las antiguas minas de sal. Allí reina un silencio raro, solo roto por el viento que barre las salinas — un poco inquietante pero precioso. Paulo recogió unos cristales de sal y nos dejó probarlos (salados, claro, pero con un sabor distinto a la sal común). Me quedaron las manos ásperas después de tocarlos. Las bicis eléctricas hicieron todo muy fácil — la verdad, casi no pedaleé. En un momento pasamos junto a un grupo de mujeres riendo bajo un toldo desteñido que vendían cocos; una nos gritó algo en criollo, no entendí, pero me sacó una sonrisa.
Paramos a nadar en una playa larga de arena blanca donde el agua parecía irreal — ese azul no parece real hasta que estás dentro. Olvidé la toalla (clásico), así que me quedé al sol goteando mientras Paulo nos contaba cómo fue crecer aquí y cómo ha cambiado todo desde que llegaron más turistas. Se notaba orgulloso, pero también un poco nostálgico — o igual era yo proyectando. De vuelta por Santa Maria, la música salía a raudales de ventanas abiertas y las motos pasaban zumbando. Pensaba en lo distinto que se siente todo comparado con los resorts; aquí hay vida de verdad.
Sí, el tour es para todos los niveles y las bicis eléctricas son muy fáciles de manejar.
Sí, todos los participantes reciben casco para la ruta.
Niños de 13 años en adelante pueden ir si van con un adulto; los bebés pueden usar asientos especiales o cochecitos.
Sí, hay una parada en una playa de arena blanca donde puedes bañarte en el mar.
Sí, el transporte es accesible y todas las zonas son aptas para sillas de ruedas.
Recomiendan llevar protector solar, agua y una mochila pequeña si quieres; puedes llevarla en la bici.
Sí, el seguro está incluido en la reserva.
Sí, cada grupo va acompañado por un guía local experto que habla varios idiomas.
Tu día incluye bici eléctrica con casco, guía local multilingüe por la costa sur de Sal, seguro para tu tranquilidad y mapas para que revises tu ruta o planees la siguiente parada juntos.
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