Vuela en un helicóptero privado sobre Río de Janeiro con un piloto local, pasando por el Cristo Redentor, la playa de Copacabana, el Pan de Azúcar y otros lugares emblemáticos. Siente la emoción de descubrir playas escondidas desde el aire y disfruta esas vistas de postal en vivo — un recuerdo que quedará para siempre.
“¡Ahí está el Cristo Redentor!” gritó nuestro piloto por el casco, aunque yo todavía estaba asimilando la sensación del despegue. Miré por la ventana y, sí, ahí estaba, con los brazos abiertos entre la neblina matutina. La ciudad se veía suave desde arriba, casi como un cuadro. Se veían pequeños botes salpicando la Laguna Rodrigo de Freitas abajo, y el sol reflejándose en sus cascos. Intentaba sacar fotos, pero la mayoría del tiempo me quedaba embobado mirando por la ventana con la boca abierta, como buen turista (que, bueno, soy).
Giramos hacia la izquierda sobre la playa de Copacabana, esas curvas famosas que salen en todas las postales, pero que en vivo son mucho más anchas y blancas. Nuestro guía (creo que se llamaba Paulo) señaló también Ipanema y se rió cuando confundí las dos playas. Ya había gente montando sombrillas aunque aún no era mediodía. El aire dentro del helicóptero olía un poco a combustible y algo dulce — ¿protector solar? O tal vez eran mis nervios.
No esperaba que la Playa Roja estuviera tan escondida al pie del Pan de Azúcar. Paulo contó que los locales vienen aquí para pasar tardes más tranquilas. Desde arriba, el Pan de Azúcar parece menos imponente — solo una enorme roca que se adentra en el agua azul. Dimos una vuelta y nos indicó mirar hacia la Mureta da Urca, donde la gente come con los pies colgando sobre el borde. Por un momento todo quedó en silencio, salvo el zumbido de las hélices.
Todo duró unos 30 minutos, pero se sintió más largo — para bien. Ver Río de Janeiro en helicóptero no tiene nada que ver con caminar por sus calles; es como flotar dentro del sueño de alguien más por un rato. Cuando aterrizamos, las manos me temblaban, pero no podía dejar de sonreír. Aún me cuesta creer que lo hicimos.
El vuelo privado en helicóptero admite hasta 4 personas.
Verás el Cristo Redentor, las playas de Copacabana e Ipanema, el Pan de Azúcar, la Playa Roja y la Laguna Rodrigo de Freitas.
Sí, todas las áreas y opciones de transporte son accesibles para sillas de ruedas.
Se permiten bebés, pero deben ir sentados en el regazo de un adulto durante el vuelo.
No incluye recogida en hotel; solo se proporciona el voucher para el vuelo.
La experiencia dura aproximadamente 30 minutos.
Este tour no es recomendable para mujeres embarazadas a partir de la semana 32.
Tu día incluye un vuelo panorámico privado en helicóptero sobre los lugares más emblemáticos de Río de Janeiro para hasta cuatro personas; recibirás un voucher antes del despegue y estarás acompañado por un piloto local experto durante todo el recorrido sobre el Cristo Redentor, Copacabana, el Pan de Azúcar y más, antes de aterrizar con seguridad.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?