Sube a un catamarán en Marina da Glória y navega por la Bahía de Guanabara con un guía local, pasando por íconos como el Pan de Azúcar y el Museo del Mañana. Tendrás paradas para fotos frente al MAC de Niterói, historias de fortalezas antiguas y una brisa fresca que huele a sal y ciudad. No es solo un tour, es sentir el ritmo propio de Río.
Confieso que no esperaba sentirme tan pequeño al salir de Marina da Glória, pero la ciudad parece levantarse a tu alrededor, llena de colores vivos y sonidos mezclados. El catamarán navegaba suave (un alivio para mi estómago) y una brisa salada no paraba de enredarme el cabello en la boca. Nuestro guía, Lucas, sonrió cuando intenté pronunciar “Villegagnon” — me dijo que los locales simplemente lo llaman “la isla de la escuela”.
Desde el agua, el Museo del Mañana se ve aún más espectacular, como un pájaro blanco a punto de despegar. Navegamos despacio, saludando a la gente en los muelles. Hay un momento bajo el Puente Río-Niterói donde todo queda en silencio, solo se escucha el zumbido de los motores y las gaviotas lejanas. Me quedé mirando el MAC de Niterói — esa nave espacial de Niemeyer — pensando en lo perfecto que encaja aquí.
Dimos la vuelta por antiguas fortalezas — Santa Cruz, São João, Lage — todas de piedra y salpicadas por el mar. Lucas nos señaló las playas de Adão y Eva (pequeñas y escondidas entre las rocas) y nos contó historias de piratas que seguro no eran verdad, pero que me sacaron una sonrisa. La palabra clave aquí es sin duda “crucero turístico en Río de Janeiro”, pero en realidad se sentía como flotar dentro de un sueño ajeno.
Paramos en la base del Pan de Azúcar para sacar fotos; intenté capturar su famosa curva en una sola toma, pero al final me quedé viendo a un pescador desenredar su red cerca. De regreso, pasamos por la playa de Flamengo — niños jugando fútbol descalzos en la arena, sus gritos se escuchaban sobre el agua. Aún recuerdo esa luz en la bahía al volver a Marina da Glória; se quedó conmigo más que cualquier postal.
Sí, todas las áreas y superficies del catamarán son accesibles para silla de ruedas.
No, es un paseo contemplativo sin paradas para nadar ni desembarcar durante el recorrido.
Sí, los bebés pueden acompañar; hay asientos especiales para ellos y se aceptan cochecitos.
Verás el Pan de Azúcar, Museo del Mañana, Puente Río-Niterói, MAC de Niterói, varias fortalezas históricas y la playa de Flamengo.
Sí, el recorrido cuenta con guía en audio en portugués.
El crucero comienza y termina en Marina da Glória, en el centro de Río de Janeiro.
La duración exacta no está especificada, pero cubre todas las atracciones mencionadas sin paradas para desembarcar.
Tu día incluye todos los impuestos y tasas pagados por adelantado, además de un embarque sencillo en Marina da Glória. Tendrás acceso a un guía en audio en portugués durante todo el paseo en catamarán, sin preocuparte por logística o costos extras.
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