Comienza el día recorriendo los acantilados de colores de Morro Branco, luego refresca tus pies en los manantiales de Praia das Fontes y termina con un almuerzo en Canoa Quebrada. Disfruta de la brisa marina, historias locales y tiempo para caminar descalzo en tres playas distintas, con transporte cómodo y recogida incluida.
Lo primero que me llamó la atención fue cómo la luz iluminaba los acantilados de Morro Branco—tan intensa que parecía que alguien hubiera subido el contraste de toda la costa. Apenas bajamos de la van, nuestro guía Paulo señaló esas franjas de arena de colores que bajaban por la roca. Intenté agarrar un poco pero se me escapó entre los dedos—tan fina que parecía polvo más que arena. Una brisa salada venía del Atlántico y me hizo entrecerrar los ojos y reírme por no haber traído gafas de sol (otra vez). Escuché a una mujer vendiendo cocadas que cantaba en portugués—su voz flotaba en el aire, como si llenara todo ese espacio.
No nos quedamos mucho tiempo antes de seguir hacia Praia das Fontes. El trayecto no es largo, unos veinte minutos tal vez. Es curioso cómo cada playa tiene su propia vibra. Praia das Fontes se sentía más tranquila, menos llamativa que Morro Branco, pero con esos pequeños manantiales de agua dulce que brotan justo en la arena. Paulo nos contó que los locales vienen aquí a refrescarse los pies después del trabajo—yo también lo probé y, la verdad, estaba más fría de lo que esperaba. Hubo un instante en que todo quedó en silencio, salvo el sonido del agua golpeando las conchas.
Canoa Quebrada fue nuestra última parada y para entonces ya teníamos hambre—pescado a la parrilla con limón, nada sofisticado pero justo lo que necesitas después del sol y la brisa marina. El pueblo está pintado con tonos rojos y azules desvaídos; hay una luna creciente tallada en uno de los acantilados que todos fotografían (yo no me resistí). Tuvimos un par de horas para pasear o echar una siesta en la arena. No dejaba de pensar en esas arenas de colores en Morro Branco—cómo parecían casi irreales con la luz de la mañana, ¿sabes?
Morro Branco está a unos 85 km de Fortaleza.
No, el almuerzo no está incluido, pero tendrás tiempo para comprar comida en Canoa Quebrada.
Sí, bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito durante el tour.
Sí, el transporte es en vehículo con aire acondicionado.
Sí, el recorrido es accesible para sillas de ruedas.
El itinerario permite tiempo en cada playa, aunque la duración exacta puede variar; en Canoa Quebrada se pasa la mayor parte de la tarde.
El día incluye recogida en Fortaleza en vehículo con aire acondicionado y guía local acreditado mientras visitas los acantilados de Morro Branco, paseas por la orilla de Praia das Fontes y disfrutas en Canoa Quebrada, con tiempo para almorzar antes de regresar.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?