Remarás en aguas tranquilas, cabalgarás bajo la sombra de la Mata Atlántica y compartirás una parrillada ahumada bajo árboles centenarios en el Parque Mãe Tereza. Los niños se divierten en los toboganes mientras los adultos se relajan o prueban suerte pescando — un día para desconectar y disfrutar sin prisas.
Llegamos al Parque Ecológico Mãe Tereza poco después de las 10, aún bostezando por el viaje pero con ganas de descubrir por qué llaman a este lugar “los pulmones verdes” cerca de Ilhéus. Lo primero que me llamó la atención fue el aroma del aire: tierra mojada y un toque dulce que venía de los árboles. Nuestro guía Paulo nos llamó desde los establos; tenía una risa fácil y conocía a cada caballo por su nombre (intenté repetir uno — “Chico” — y me salió fatal con el acento). Los caballos estaban tranquilos, nada aburridos, y al adentrarnos por un sendero sombreado en la Mata Atlántica se escuchaban los pájaros discutiendo arriba. No esperaba que fuera tan tranquilo — solo el sonido de los cascos y ese silencio entre hojas.
Más tarde caminamos hacia el lago, donde los niños ya gritaban bajando por el tobogán de agua. No soy muy fan del kayak, pero mi amigo me retó, así que ahí estaba, tambaleándome sobre el agua. El contacto con el agua era fresco y había un silencio raro, pero muy agradable, cuando remabas alejándote de la orilla — solo ranas por ahí y una brisa moviendo los juncos. Vimos a unos locales pescando (con captura y liberación), y uno nos sonrió como si esto fuera rutina para él. También hay tirolesa si te animas más que yo; vi a uno que terminó de cara en el barro y todos aplaudieron.
La comida fue bajo unos árboles enormes justo al lado del restaurante — sinceramente, es medio motivo para venir. Sirven parrillada al estilo uruguayo con acompañamientos picantes de Bahía (todavía sueño con esa carne asada con farofa). La gente se quedó disfrutando el postre, contando historias o simplemente en silencio un rato. Me gustó que nadie nos apuró para irnos; hasta Paulo se acercó a charlar sobre cómo su abuela cocinaba feijão tropeiro. Después dimos un paseo tranquilo por el sendero junto al río antes de volver hacia la entrada. No probamos todo (el trenecito parecía divertido para los niños), pero siempre habrá una próxima vez.
Sí, el parque es accesible para personas en silla de ruedas.
Sí, se permiten bebés y niños pequeños, y pueden usar cochecito o carriola.
La entrada incluye paseos a caballo, kayak en el lago, tirolesa, toboganes de agua, senderos en la Mata Atlántica, áreas deportivas, espacio para niños, paseo en tren panorámico, pesca con captura y liberación, y más.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del Parque Ecológico Mãe Tereza.
Se permiten animales de servicio dentro del parque.
No se menciona que el almuerzo esté incluido; hay comida disponible para comprar en el restaurante del parque con parrillada y platos bahianos.
El parque es apto para todos los niveles de condición física.
Tu día incluye acceso a todas las actividades principales: paseos a caballo por senderos en el bosque, kayak o toboganes en el lago, tirolesa si te animas, canchas deportivas para fútbol o básquet, áreas infantiles con toboganes y piscinas de arena — además de pesca con captura y liberación y paseo panorámico en tren si quieres descansar después de comer. Todas las actividades están incluidas en la entrada; las comidas se disfrutan en el restaurante al aire libre que combina parrillada uruguaya con sabores bahianos.
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