Vas a navegar en un amplio saveiro por las aguas turquesas de Arraial do Cabo con música suave y la compañía de dos golden retrievers amigables. Nada en playas protegidas por la marina, descubre formaciones rocosas únicas y comparte risas con locales y viajeros. Un plan relajado pero lleno de pequeños detalles que te harán recordar a esos perros mucho después de volver a casa.
No esperaba encontrarme con dos golden retrievers antes de zarpar — Marujo y Marujinho, moviendo la cola como si fueran los dueños del barco. Así empezó nuestro paseo en el Don Juan en Arraial do Cabo. Subimos a este gran saveiro de madera, con música suave de fondo (menos mal que no estaba a todo volumen) y familias acomodándose con sus bolsos de playa y algún niño medio dormido. La tripulación repartió los chalecos salvavidas sin complicaciones. Olí carne asada desde el bar — alguien ya estaba pidiendo kebabs a las 10 de la mañana, y la verdad, me abrió el apetito también.
La primera parada fue en Ilha do Farol. La arena parecía casi irreal, tan blanca que me dolían los ojos con el sol. Nuestro guía señaló una pequeña estatua escondida en una grieta — Nossa Senhora da Assunção — que, según cuentan, los pescadores encontraron hace mucho tiempo. Intenté preguntar cómo llegó hasta ahí, pero mi portugués… digamos que no es el mejor. Li se rió cuando lo intenté de todas formas. El agua estaba tan clara que se veían pececitos nadando entre mis tobillos; me quedé un rato disfrutando de la sensación de la sal en la piel. Hay una roca en Pontal do Atalaia que parece la cabeza de un mono — una vez que la ves, no puedes dejar de verla.
Después, navegamos junto a otra grieta en las rocas donde dicen que cayó un meteorito (o eso cuentan), y todos se asomaron para sacar fotos. La tripulación mantuvo el ambiente tranquilo — nada de altavoces ni gritos — solo señalaban cosas si querías saber más. Los niños se tiraron al agua desde la escalera trasera en la última playa; Marujinho saltó tras ellos como si lo hiciera todos los días. Hombros quemados por el sol, cabello salado, sonrisas sin razón aparente, solo porque se sentía fácil estar ahí.
Sí, hay música agradable a bordo, pero no es fuerte ni molesta.
Sí, los niños de todas las edades son bienvenidos y se proporcionan chalecos salvavidas para todos.
Los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito durante el paseo.
El barco tiene capacidad para 80 personas, pero normalmente llevan hasta 60 para mayor comodidad.
Los golden retrievers de los dueños siempre están a bordo; no se mencionan otras mascotas.
No incluye almuerzo, pero hay un bar a bordo que vende bebidas y kebabs.
Se pasa alrededor de una hora en una de las playas más bonitas de Arraial durante el paseo.
No se menciona recogida en hotel; hay opciones de transporte público cerca.
Tu día incluye música suave mientras navegas en un cómodo saveiro acompañado por dos golden retrievers amigables, chalecos salvavidas para todas las edades, acceso a Wi-Fi si lo necesitas, un bar a bordo con bebidas y kebabs (no incluidos), uso de botes auxiliares para llegar seguro a playas protegidas, baños separados para hombres y mujeres, además de seguro de vida durante toda la excursión antes de regresar al puerto ese mismo día.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?