Desde las alturas de Mostar con vistas panorámicas, pasando por los callejones de Počitelj donde probarás higos frescos, hasta un café junto a la fuente turquesa de Blagaj y la bruma refrescante de la cascada de Kravice. Con un guía local que comparte historias reales y sorpresas en el camino, esta excursión te conecta con los colores y la calma de Herzegovina.
Ya estábamos a medio camino subiendo la colina Fortica cuando me di cuenta de lo diferente que se ve Mostar desde arriba: todos esos tejados rojos y el río serpenteando. Nuestro guía, Emir, señaló el puente viejo y empezó a contarnos historias de los años de guerra. No lo endulzó, pero tampoco fue pesado; más bien parecía que lo escuchabas de un amigo que lo vivió. El viento allá arriba olía a pino y a algo dulce que no supe identificar. ¿Quizás flores silvestres? Esa vista se me quedó grabada.
Después llegó Blagaj — la verdad, había visto fotos de la casa de los derviches, pero estar junto a la fuente del río Buna es otra cosa. El agua es tan clara que parece irreal, y se escucha un murmullo suave que viene de la cueva. Vimos a un hombre mayor con chaleco azul tirar pan a unos patos mientras Emir intentaba enseñarnos a pronunciar “tekija”. (Li se rió cuando lo intenté, seguro lo arruiné.) Tuvimos tiempo para tomar un café junto al agua; aunque era fuerte, me encantó.
No esperaba que Počitelj se sintiera tan vivo — parras trepando por las puertas, niños persiguiéndose entre las piedras antiguas. Subimos por escalones irregulares pasando higueras y granados con frutos fuera de alcance. En un momento, una mujer nos invitó a su patio para probar fruta fresca; sonrió sin decir mucho y nos dio higos en la mano. El sol pegaba fuerte en esas piedras, pero había sombra si sabías dónde buscar.
La cascada de Kravice impacta — la oyes antes de verla, como un aplauso lejano. Algunos se bañaron (yo no me atreví, el agua está helada), mientras otros se quedaron cerca de la bruma con bebidas frías. El almuerzo fue sencillo pero bueno — trucha a la parrilla o platos vegetarianos si preferías. Luego paramos en el canal del Buna para una última mirada a esa mezcla de agua verde y azul antes de volver a Mostar. El camino de regreso fue más tranquilo; quizás todos estábamos cansados o simplemente dejando que todo calara.
La excursión dura aproximadamente un día completo con varias paradas, incluyendo las cascadas de Kravice, Blagaj, Počitelj y más.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en la reserva.
Sí, se permite nadar en Kravice si el clima lo permite—lleva bañador y toalla.
Sí, hay opciones vegetarianas y veganas disponibles para el almuerzo durante la excursión.
Te recomendamos llevar agua, protector solar, calzado cómodo, bañador y toalla si planeas nadar.
La excursión es apta para todos los niveles físicos según el operador.
Sí, se realiza en todas las condiciones climáticas—solo viste adecuado para la temporada.
El grupo se limita a 12 personas para una experiencia más personalizada.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Mostar, comentarios en vivo de un guía local experto en cada parada (incluida la colina Fortica), pago de todos los estacionamientos, y tiempo libre para almorzar con opciones halal, vegetarianas o veganas en Počitelj o cerca de la cascada de Kravice antes de regresar por la tarde.
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