Recorrerás las calles más antiguas de Bakú con un guía local que conoce todos los rincones escondidos, desde antiguas mezquitas hasta plazas animadas; además, las entradas a lugares destacados como la Torre de la Doncella y el Palacio de los Shirvanshahs están incluidas.
La luz del sol rebotaba en los adoquines mientras nos colábamos por las estrechas puertas de Icherisheher, la Ciudad Vieja de Bakú. Nuestra guía, Leyla, nos recibió justo junto a los antiguos muros. Se olía el pan recién hecho de una pequeña panadería escondida tras una puerta de madera desgastada. Dentro de estas 22 hectáreas, parecía que el tiempo se ralentizaba; cada rincón susurraba historias de siglos pasados. Paseamos junto a casas de piedra con balcones tallados, y Leyla señaló el minarete Synyk Gala, que aún se alza imponente a pesar de su cima dañada por un antiguo bombardeo. La mezquita abajo estaba en silencio, salvo por el eco lejano de un músico callejero afinando su tar.
La Torre de la Doncella fue la siguiente parada. De cerca, es aún más misteriosa que en las fotos: sus muros curvos casi brillaban bajo el sol de media mañana. En su interior hay un pequeño museo que recorre la historia de Bakú; me detuve frente a un mapa antiguo que mostraba cómo la ciudad creció más allá de estos muros. Desde la cima, se obtiene una vista en mosaico de tejados de azulejos y antenas parabólicas mezclados, una verdadera fusión de lo antiguo y lo moderno.
Nos dirigimos luego al Palacio de los Shirvanshahs, donde palomas revoloteaban por el patio. Las piedras del palacio estaban frescas al tacto; Leyla explicó que la UNESCO considera este lugar una de las joyas arquitectónicas de Azerbaiyán. No cuesta entender por qué: los arcos y cúpulas están llenos de pequeños detalles que pasarías por alto si fueras con prisa.
La calle Nizami bullía a mediodía: locales entre tiendas y cafés, adolescentes tomándose selfies bajo letreros de neón. Si te gusta observar a la gente o mirar escaparates, este tramo es perfecto. Tomamos un poco de baklava en un café llamado “Çay Evi”: el relleno de pistacho era pegajoso y dulce.
Más tarde subimos al Highland Park para disfrutar de las vistas sobre el Mar Caspio y las famosas Flame Towers parpadeando a lo lejos. El aire olía ligeramente a sal, con una brisa que venía del agua. Nuestra guía compartió historias sobre los adoradores del fuego y cómo estas torres ahora se iluminan por la noche con llamas en movimiento, algo impresionante de ver en persona.
Terminamos en la Plaza de las Fuentes, donde familias se reunían alrededor de las fuentes burbujeantes y artistas callejeros tocaban el acordeón, cuyas melodías flotaban entre la multitud. Es uno de esos lugares donde todos parecen detenerse un momento antes de volver a casa o salir a cenar por el Bulevar de Bakú.
Sí, la mayoría de las zonas son accesibles y hay opciones de transporte público cerca si es necesario. Avísanos si tienes necesidades especiales para poder ayudarte.
Las entradas a la Torre de la Doncella y al Palacio de los Shirvanshahs están cubiertas en el precio del tour.
El ritmo es relajado, pero espera alrededor de 3 a 4 horas según el interés del grupo y las paradas en el camino.
Tendrás tiempo para tomar algo o un té en cafés locales durante la caminata; nuestra guía puede recomendar buenos lugares.
Tu entrada incluye acceso a la Torre de la Doncella y al Palacio de los Shirvanshahs, además de un guía local de habla inglesa que compartirá historias en cada parada. La ruta es apta para cochecitos y sillas de ruedas, con transporte público cercano si lo necesitas.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?