Descubre Viena a tu ritmo: palacios, arte original, vistas panorámicas… todo desde un cómodo coche panorámico con un guía local que conoce cada atajo y historia. Las paradas son flexibles, para que te quedes más tiempo donde quieras o hagas fotos rápidas. Ideal para evitar aglomeraciones y ver tanto los sitios más famosos como rincones secretos.
Las calles de Viena siempre tienen vida, incluso en esa mañana lluviosa cuando empezamos nuestro tour privado por la ciudad. Nuestro guía-conductor nos recogió directamente en el hotel, sin prisas ni complicaciones con el transporte público. Tras una breve charla sobre qué queríamos ver (yo adoro la arquitectura original, mi pareja prefiere los palacios), nos acomodamos en el coche con techo panorámico. Esa vista a través del cristal realmente marca la diferencia: ves esas fachadas majestuosas y los bulevares arbolados sin tener que forzar el cuello.
Primera parada: la Ringstrasse. No puedes evitar fijarte en cómo la Ópera Estatal y el Parlamento brillan con la luz de la mañana. Chris, nuestro guía, nos señaló detalles que nunca habría notado, como los pequeños águilas doradas sobre la entrada del Burgtheater. Paramos para fotos cada vez que algo nos llamaba la atención (el Ayuntamiento se veía especialmente imponente bajo un cielo entre nubes). Chris se adaptaba al ritmo; en un momento nos quedamos en la Puerta de los Héroes simplemente para ver a un grupo de niños persiguiendo palomas.
El Hofburg impresiona por su tamaño, casi parece una ciudad dentro de Viena. Paseamos desde la Puerta de Miguel hasta la Escuela Española de Equitación, donde se escuchaban los cascos de los caballos resonando en los patios. Luego fuimos a la Catedral de San Esteban. Dentro se percibe un leve aroma a cera de vela y piedra antigua. Subimos en ascensor a la torre norte para disfrutar de una vista fría pero inmejorable sobre los tejados. La campana “Pummerin” es enorme, se siente su presencia en la torre.
El Palacio de Schönbrunn fue la siguiente parada, un lugar que logra ser a la vez grandioso y acogedor. Los jardines parecen no tener fin, y si tienes suerte, verás ardillas rojas correteando cerca de las fuentes. Chris nos contó historias sobre las fiestas de verano de los Habsburgo y nos señaló dónde está el zoo más antiguo del mundo, escondido detrás del palacio (esta vez no hubo tiempo para ver pandas).
La Casa Hundertwasser es única en Viena: suelos ondulados, árboles que brotan de los balcones y colores por todas partes. La galería cercana tenía grabados perfectos para llevar de recuerdo (y sin gastar mucho). Tomamos un café rápido en una cafetería de esquina donde los locales discutían sobre fútbol, una auténtica muestra de la vida cotidiana.
Cruzamos hasta la Torre del Danubio justo cuando las nubes empezaban a despejarse. El ascensor exprés nos llevó a la terraza panorámica — ¡me taparon los oídos a mitad de subida! Desde allí ves toda Viena extendida bajo tus pies, incluso hasta los límites de la ciudad si el día está claro. En la cima hay una cafetería giratoria; nos sentamos un rato, bebiendo agua (que nos dieron gratis en el coche) y viendo cómo los barcos navegaban por el río muy abajo.
El Wiener Riesenrad en Prater fue nuestra última parada. Cruje un poco al girar, recordándote que está aquí desde 1896, pero eso solo le da más encanto. Desde arriba se aprecia otra perspectiva de la mezcla entre lo antiguo y lo moderno en Viena. Los fines de semana se oyen risas de familias y se huele el aroma de castañas asadas en los puestos cercanos.
¡Claro! Tu guía te recogerá en cualquier lugar de Viena que te venga mejor.
Sí, adaptamos las rutas para sillas de ruedas y ofrecemos asistencia según necesites. Solo avísanos al reservar.
El tour es totalmente personalizable: tú decides qué te interesa y el guía ajusta las paradas y tiempos.
Puedes parar cuando quieras para un snack o café en cafés locales; solo díselo a tu guía durante el recorrido.
El precio incluye transporte privado en vehículo con aire acondicionado y techo panorámico, agua embotellada gratis y un guía-conductor local.
Tu tour privado incluye recogida y regreso en cualquier punto de Viena, un cómodo station wagon panorámico para hasta cuatro personas, agua embotellada gratis y un guía-conductor local que adaptará todo a tus intereses. Hay acceso para silla de ruedas y asientos para bebés disponibles bajo petición.
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