Con tu entrada en mano, entrarás al emblemático Kunsthaus de Graz para recorrer sus audaces exposiciones de arte moderno a tu ritmo. Encontrarás texturas inesperadas, rincones tranquilos para pensar y gente amable que te ayudará si lo necesitas. Seas amante del arte o simplemente curioso, aquí vivirás un momento que recordarás mucho tiempo después.
Confieso que lo primero que me impactó no fue el arte, sino el edificio. El Kunsthaus Graz parece sacado de una película de ciencia ficción, con sus curvas y cristales azules que dominan el río. Casi paso de largo la entrada porque estaba más pendiente de admirar la fachada (y casi me tropiezo con el bordillo, algo de lo que mi amigo no para de reírse). Cuando ya tuvimos las entradas—solo mostramos la confirmación en la taquilla—entramos en un silencio fresco que parecía alejado del bullicio de la ciudad.
Por dentro no se parece a ningún museo que haya visitado antes. Las salas se retuercen en formas extrañas y a veces, al doblar una esquina, te encuentras con un rayo de sol que ilumina una pared o una escultura curiosa que te hace detenerte un momento. Había una instalación—no recuerdo el nombre del artista—que olía a virutas de madera y pintura vieja. Cerca, una pareja local debatía en voz baja sobre su significado. Nuestra única guía fue un pequeño mapa que nos dieron al entrar; la verdad, parte de la diversión fue perdernos un poco entre las salas.
Intenté pronunciar “Kunsthaus” correctamente con una de las empleadas (Li se rió cuando lo intenté en mandarín—seguro que lo dije fatal), pero ella sonrió y nos señaló una exposición en la planta de arriba que era su favorita. Terminamos quedándonos mucho más tiempo del previsto, paseando y observando a la gente: estudiantes dibujando en rincones, familias con cochecitos (el lugar es súper accesible), incluso alguien con un perro de asistencia que parecía estar en su elemento. Al salir, sentí la cabeza llena de esa sensación buena que te queda después de descubrir algo nuevo. Aún recuerdo un cuadro cerca de la salida, un estallido de rojo sobre gris, que me acompañó varios días.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para silla de ruedas.
Sí, se permite el acceso con cochecitos y carritos para bebés dentro del Kunsthaus Graz.
Sí, los animales de servicio pueden entrar en todo el museo.
Solo tienes que mostrar la confirmación impresa de tu reserva de Viator en la taquilla para recibir tu entrada.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del museo Kunsthaus Graz.
Sí, durante la visita los bebés deben ir en el regazo de un adulto.
Sí, la entrada es gratuita el 28 y 29 de junio de 2025 durante el evento MIKROtopia Open House.
Tu visita incluye todas las tasas y la entrada al Kunsthaus Graz; solo muestra la confirmación impresa en la taquilla al llegar y disfruta explorando a tu ritmo, sin pasos extra.
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