Camina por senderos ancestrales alrededor de Uluru con un guía local, escucha historias en Kantju Gorge, descubre arte rupestre milenario cerca de Mutitjulu Waterhole y brinda con vino espumoso mientras el sol se pone sobre las dunas del desierto — todo con recogida en el hotel incluida. Ese último silencio antes de la noche, no lo olvidarás.
No esperaba que lo primero que notara en Uluru fuera el silencio — no solo la ausencia de coches, sino una calma que se siente en la piel. Entramos al parque Uluru-Kata Tjuta y nuestro guía, Dave, nos sonrió por el espejo retrovisor. Nos contó que haríamos un par de caminatas cortas antes del atardecer. El aire estaba seco y cálido, con ese leve olor mineral que queda en el desierto tras un día de calor. Alguien detrás mío susurró lo enorme que parecía Uluru, y la verdad es que daba la sensación de tragarse la mitad del cielo.
La caminata Mala fue más corta de lo que imaginaba — quizá porque me detenía a mirar esas vetas ocre en la roca. Dave señaló unas huellas de manos desvanecidas y explicó cómo el pueblo Mala usaba ese lugar para ceremonias. Hubo un momento en que se paró bajo una sombra y habló sobre los roles de hombres y mujeres en sus familias; me gustó que no lo hizo rápido ni como una lección aburrida. En Kantju Gorge se escuchaba el agua correr en algún lugar (aunque nunca supe exactamente dónde) y por un instante todos nos quedamos en silencio escuchando. Nadie sacó fotos, algo raro hoy en día.
Después de dar la vuelta a la base de Uluru (perdí la cuenta de cuántas veces Dave dijo “¡mira a la izquierda!”), paramos en Mutitjulu Waterhole. El arte rupestre allí es más antiguo que todo lo que había visto antes — pequeños remolinos y formas que seguro tenían un significado muy especial para quienes crecieron aquí. Dave nos contó sobre Liru y Kuniya, dos seres ancestrales cuyas historias están ligadas a este lugar. Intentó pronunciar algunas palabras en Pitjantjatjara; yo también lo intenté, pero bueno… no fue mi mejor momento. Eso sí, lo hizo reír.
Terminamos en la duna Talinguru Nyakunytjaku justo cuando el sol comenzaba a caer — nada de gente, solo nuestro pequeño grupo con copas de vino espumoso (las burbujas parecían aún más frescas después de tanto polvo). Uluru se volvió de un rojo oxidado profundo mientras el cielo se teñía de un suave lavanda detrás. El silencio volvió, salvo por alguien que abrió otra botella cerca. El camino de regreso se sintió más lento; tal vez era yo intentando aferrarme a ese último rastro de color que se desvanecía en el horizonte.
Sí, incluye recogida y regreso en todos los hoteles de Ayers Rock Resort.
No, las entradas para Uluru-Kata Tjuta se deben comprar por separado en línea o con el guía.
El tour incluye dos caminatas cortas: una por Mala Walk hasta Kantju Gorge y otra en Mutitjulu Waterhole.
Sí, se sirve vino espumoso y aperitivos ligeros mientras disfrutas del atardecer desde la duna Talinguru Nyakunytjaku.
Sí, todas las áreas son accesibles para sillas de ruedas y los bebés pueden ir en cochecitos; también hay asientos especiales para bebés si se necesitan.
Escucharás relatos de la creación relacionados con Liru (serpiente venenosa) y Kuniya (pitón woma), además de tradiciones del pueblo Mala.
Es un tour en grupo pequeño; el número varía pero siempre es íntimo para una experiencia más tranquila.
Tu día incluye recogida y regreso en hoteles de Ayers Rock Resort, dos caminatas cortas guiadas por un amable guía local alrededor de la base y gargantas de Uluru, vino espumoso con aperitivos durante el atardecer en la duna Talinguru Nyakunytjaku, y transporte cómodo en vehículo moderno con aire acondicionado — recuerda que las entradas al parque no están incluidas, por lo que deberás gestionarlas por separado antes o al llegar.
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