Probarás vinos boutique exclusivos de Hunter Valley, disfrutarás un almuerzo relajado en viñedos, degustarás quesos locales en Binnorie Dairy y chocolates artesanales. Conversaciones reales con enólogos y avistajes de canguros hacen que este tour sea único y personal.
Lo primero que noté fue el suave golpeteo de los canguros en la hierba mientras nuestra van avanzaba entre las vides — no es algo que esperas antes de tu primer sorbo de vino. Nuestro guía, Mark, sonrió y señaló un grupo descansando bajo un eucalipto. El aire tenía un aroma dulce, como a eucalipto y pan recién horneado de algún lugar cercano. Nunca había estado en Hunter Valley, pero de inmediato se sentía diferente a esas grandes bodegas comerciales que ves en la tele — más tranquilo, más cercano de alguna forma.
Paramos en unas bodegas boutique que, siendo sincero, nunca había escuchado (y eso que he hecho varias catas). Cada lugar tenía su encanto — un enólogo nos sirvió un Semillón turbio directo del barril y nos contó sobre el viejo cuchillo de poda de su padre. Las catas no fueron apresuradas; de hecho, nos sentamos a disfrutarlas. En un momento intenté girar la copa como si supiera lo que hacía y casi la derramo en la camisa. Mark ni pestañeó — solo me pasó una servilleta y siguió contando cómo muchas de esas etiquetas no salen del valle. Eso se me quedó grabado.
El almuerzo fue en un antiguo edificio de arenisca llamado Blaxland’s — si mirabas bien, aún se veían las huellas de los convictos en algunos ladrillos. Comimos al aire libre con vistas a las hileras de viñas, el sol calentando la espalda, y la verdad es que parecía que el tiempo se detenía un poco ahí. La parada para probar quesos fue un torbellino de texturas cremosas; el queso suave de Binnorie Dairy se derretía en la lengua de una forma que el del supermercado nunca logra. Y luego vino el chocolate — oscuro y profundo, con ese crujido casi amargo al morder.
Compré una botella (bueno, dos) para llevar, pero sobre todo sigo pensando en esos pequeños momentos: las historias de Mark, el canto de los urracas durante el almuerzo, esa sensación cuando todos en la mesa se dan cuenta de que simplemente están felices de estar ahí. No todo salió perfecto — alguien dejó caer sus notas de cata en un charco y nos reímos demasiado tiempo. Pero tal vez eso es lo que hace que días así se queden contigo.
Visitarás varias bodegas boutique durante el día—normalmente entre 3 y 4—cada una con varias catas.
Sí, la recogida gratuita está disponible desde alojamientos dentro de 12 km del centro de Pokolbin en Hunter Valley.
Incluye un almuerzo informal con una copa de vino o cerveza en un restaurante local con vistas a los viñedos.
Es común ver canguros y otros animales nativos australianos durante los traslados entre paradas.
Sí, incluye degustación de quesos en Binnorie Dairy y chocolates artesanales en una tienda local.
Los vehículos son accesibles para sillas de ruedas y se permiten animales de servicio; además hay opciones de transporte público cercanas.
Tendrás oportunidad de comprar vinos en cada bodega y licores o regalos en Garden Cellars antes de regresar.
Tu día incluye recogida en hotel dentro de 12 km de Pokolbin CBD, transporte guiado en vehículo con aire acondicionado, varias catas en bodegas boutique exclusivas de Hunter Valley, un almuerzo tranquilo en grupo con vino o cerveza frente a los viñedos, degustación de quesos en Binnorie Dairy, chocolates artesanales en una tienda local y muchas oportunidades para ver canguros antes de volver a tu alojamiento.
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