Recorre la famosa carretera costera de Victoria con un guía local, para a almorzar en Apollo Bay y pasea por bosques donde los koalas descansan en las alturas. Siente la brisa en los Doce Apóstoles y escucha historias en Loch Ard Gorge antes de volver a Melbourne con recuerdos que te acompañarán.
Lo primero que recuerdo es ese azul — no solo el cielo, sino ese océano inquieto que se extiende más allá de los acantilados mientras salíamos de Melbourne. Nuestro guía, Tom (que creció cerca de Geelong), tenía la costumbre de señalar detalles que pasarías por alto: una panadería con lamingtons que recomienda, o cómo los eucaliptos se inclinan por años de viento. Todavía medio dormido, paramos en Apollo Bay para almorzar, pero algo en el aire marino hacía que todo supiera más intenso. Mi sándwich era solo pan y queso, pero se sentía como un festín porque podía escuchar gaviotas y risas de niños detrás de mí.
Recorrimos un tramo de bosque en Otway — olía a hojas mojadas y eucalipto, que se quedó pegado a mi chaqueta. Había canguros pastando (alguien del grupo intentó acercarse para una foto; Tom le explicó con calma que no siempre están para selfies). En las copas de los árboles, dos koalas estaban acurrucados en las ramas tan alto que tuve que entrecerrar los ojos. El silencio solo se rompía con el canto de los pájaros — ese tipo de calma que te hace darte cuenta de lo ruidosas que son las ciudades. El tour de un día por la Great Ocean Road desde Melbourne es largo, pero sinceramente, casi no sentí el paso del tiempo.
No esperaba que los Doce Apóstoles me impactaran tanto. El viento era tan frío que me dolían las orejas y todos guardamos silencio al llegar al mirador — incluso la pareja que no paraba de hablar en todo el día. La luz dorada sobre esas formaciones rocosas era extraña; mis fotos no les hacen justicia. Luego visitamos Loch Ard Gorge, que se sentía casi privado, con acantilados que nos rodeaban como brazos. De regreso, Tom puso canciones clásicas australianas y la mayoría se quedó dormida o miraba el atardecer caer sobre los campos. A veces, cuando escucho gaviotas en cualquier ciudad, me acuerdo de esa vista.
El recorrido cubre unos 243 km por la costa y dura todo el día, comenzando a las 8:00 am desde el centro de Melbourne.
Sí, incluye recogida y regreso en hoteles seleccionados del centro de la ciudad.
Habrá oportunidad de avistar canguros y koalas salvajes durante una parada en un ecolodge cerca del bosque Otway.
El tour en grupo pequeño tiene un máximo de 11 pasajeros por vehículo.
No incluye almuerzo, pero tendrás tiempo libre para comprar algo en cafés o panaderías locales en Apollo Bay.
Niños de 4 a 7 años pueden unirse con asiento elevador; menores de 3 años no están contemplados en este recorrido.
Lleva ropa cómoda para cambios de clima, snacks si quieres, y tu cámara para capturar vistas como los Doce Apóstoles.
Tu día incluye recogida y regreso en hotel del centro en minivan con aire acondicionado, guía local con comentarios en vivo durante todo el trayecto, entrada a zonas donde canguros y koalas viven libres, además de varias paradas para fotos y explorar antes de volver a Melbourne por la tarde.
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