Entra al National Anzac Centre de Albany y sigue historias reales de la I Guerra Mundial, desde el reclutamiento hasta el regreso, con exhibiciones interactivas y objetos personales. Explora la Fortaleza Princess Royal con sus búnkeres y vistas al puerto, y pasea por senderos costeros rodeados de flores y aire marino. Una historia sincera que se siente más que se cuenta.
La primera persona que conocí fue Li: me entregó la entrada en el National Anzac Centre de Albany y me preguntó si ya había venido antes. Negué con la cabeza, un poco apenado, porque crecí escuchando sobre los Anzacs pero nunca imaginé desde dónde partían. Ella sonrió y señaló las grandes ventanas que dan al puerto. “Ahí fue donde se despidieron”, dijo. Me impactó más de lo que esperaba, parado ahí con ese viento salado colándose cada vez que alguien abría la puerta.
El centro no es lo que imaginaba: no hay vitrinas polvorientas ni un silencio incómodo. En cambio, eliges una tarjeta al azar (a mí me tocó el soldado George) y de repente estás siguiendo sus pasos durante la guerra. El audio es suave pero constante en tu oído; a veces escuchas botas sobre la grava o fragmentos de cartas a casa. En un momento me sorprendí pasando el dedo por una foto descolorida, seguro que parecía raro para quien pasara. Ver su letra tan de cerca hace que todo se sienta personal, no solo historia de libro.
Después salí a los terrenos de la Fortaleza Princess Royal: viejos búnkeres medio cubiertos por la hierba, cañones apuntando al mar como si aún esperaran barcos que no llegarán. Un par de niños del lugar trepaban un cañón (probablemente no permitido), mientras sus padres charlaban cerca sobre las flores silvestres que florecen en los senderos en esta época. El aire olía a eucalipto y algas. Me tomé mi tiempo caminando de regreso por la reserva, pensando en todas esas despedidas desde Albany. Es curioso cómo un lugar puede guardar tanta memoria en sus entrañas; se siente, aunque no lo esperes.
Si quieres ver tanto el National Anzac Centre como la Fortaleza Princess Royal, reserva hasta 4 horas; solo el centro suele tomar unas 2 horas.
Sí, tu entrada general incluye acceso a todos los edificios de la Fortaleza Princess Royal y al National Anzac Centre.
Sí, todas las áreas y superficies de ambos sitios son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecitos durante la visita.
Los animales de servicio están permitidos en todo el National Anzac Centre y la fortaleza.
Sí, hay amplio estacionamiento gratuito en el recinto del National Anzac Centre.
Asumes la identidad de uno de 32 soldados reales y sigues su historia a través de exhibiciones multimedia y objetos.
Sí, hay opciones de transporte público cercanas para facilitar el acceso al centro.
Tu entrada incluye acceso general al National Anzac Centre y a todos los edificios dentro de la Fortaleza Princess Royal. Podrás explorar exhibiciones interactivas, objetos históricos, fortificaciones al aire libre, senderos naturales en la reserva Mount Adelaide, y todo es accesible para sillas de ruedas.
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