Recorre el Valle de Uco en Mendoza con un guía local que conoce cada historia detrás de las viñas. Disfruta visitas privadas a bodegas, catas generosas en Bousquet y Andeluna, un almuerzo tranquilo con nuevos amigos y esos pequeños momentos — el sol en la cara o una palabra mal pronunciada que te hace reír — que permanecen contigo mucho después de irte.
Aún recuerdo el primer sorbo en Domaine Bousquet: era temprano, y el aire tenía ese aroma seco y cálido que solo se siente en Mendoza bajo el sol. Apenas bajamos de la van, nuestro guía, Martín, nos llamó hacia una fila de viñas y me ofreció una uva directamente de la rama. “Pruébala”, me dijo con una sonrisa. Lo hice, y la verdad, era más dulce de lo que esperaba. Las montañas detrás parecían demasiado perfectas, como si alguien las hubiera pintado solo para darle magia al paisaje.
De bodega en bodega, la experiencia fue cambiando. Adelma nos recibió con un aire distinto: pequeña, familiar, y se escuchaban risas detrás de los barriles. La mujer que nos sirvió el Malbec, Lucía, nos contó que su abuelo fue quien plantó las primeras vides aquí. Me animó a decir “torrontés” en español — lo pronuncié fatal, pero ella se rió sin problema. El vino tenía un sabor a duraznos y algo floral que no pude identificar del todo.
El almuerzo en La Azul fue mucho más relajado de lo que imaginaba: largas mesas de madera, platos que se compartían, y un bullicio de conversaciones en español e inglés. El Syrah que acompañó la comida era profundo y especiado; no paraba de olerlo porque me recordaba a la pimienta negra y un toque terroso. En un momento, alguien empezó a contar cómo el valle solía inundarse cada primavera, pero Martín nos explicó cómo la irrigación moderna cambió por completo la vida de estas bodegas.
Cuando llegamos a Andeluna Cellars, la luz de la tarde teñía todo de dorado. Nos sentamos afuera para la última cata — esta vez un Merlot — y vimos cómo las sombras se alargaban sobre los campos. Hubo un instante de silencio donde nadie habló; solo el tintinear suave de las copas y el canto lejano de los pájaros. No esperaba sentir tanta paz solo sentado, sin hacer mucho más.
Sí, el transporte privado con recogida en el hotel está incluido para los pasajeros.
El recorrido incluye Domaine Bousquet, Adelma, La Azul y Andeluna Cellars.
Sí, en cada bodega se ofrecen catas guiadas durante el tour.
Se ofrecen snacks y el almuerzo se sirve en la bodega La Azul como parte de la experiencia.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito durante el recorrido.
El tour es apto para todos los niveles de condición física.
Tu día incluye transporte privado con recogida en el hotel en Mendoza, entradas a cada bodega visitada como Domaine Bousquet y Andeluna Cellars, catas guiadas en cada parada y snacks durante todo el recorrido, para luego regresar con total comodidad.
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