Vas a caminar bajo los cerros de colores de Purmamarca, cruzar caminos de montaña por la Cuesta del Lipán y pisar las salinas infinitas de Salinas Grandes con guía local. Habrá silencios, risas con nuevos amigos y tiempo para perderte a tu ritmo — todo en un solo día desde Salta.
Lo primero que sentí fue el aire seco — en Purmamarca parece pegarse a la piel, incluso antes de bajar de la combi. Salimos de Salta bien temprano (el café apenas lo recuerdo) y de repente estábamos ahí, frente al Cerro de los Siete Colores. Los colores son de verdad — nada de filtros de Instagram — pero lo que más me sorprendió fue el silencio. Martín, nuestro guía, nos mostró las capas de la montaña y nos contó cómo cada color marcaba una época distinta. Intenté sacar una foto, pero al final me quedé mirando, sin decir nada.
Recorrimos el pueblo un rato. El aroma a pan recién hecho sale de alguna panadería chiquita, y en la plaza hay señoras vendiendo tejidos de colores. Me llevé una bufanda que no necesitaba (la vendedora me sonrió cuando dudé con mi español). Después, Martín nos llevó por el Paseo de los Colorados — no es largo, pero parece otro planeta detrás de ese cerro. Tierra roja bajo los pies, el sol en la nuca, y un par de perros siguiéndonos. Alguien se reía porque las zapatillas se le estaban poniendo rosadas.
La subida por la Cuesta del Lipán es otra historia — curvas y contracurvas que te hacen latir el corazón si mirás mucho para abajo. Paramos en uno de esos miradores donde todos se quedan callados un rato, porque no hay nada más que hacer. El viento en los oídos, solo cielo y esas montañas que parecen no terminar nunca. Y al final, Salinas Grandes: un mar blanco que encandila, tan brillante que hasta duele mirarlo. Probé tocar el suelo y llevarme el dedo a la boca (no me juzguen) — sí, pura sal.
A veces todavía pienso en ese silencio de las salinas. Solo el viento y el crujido de los pasos, todos dispersos como puntitos en un lienzo vacío. De regreso, Martín puso folclore jujeño en el celular y contó historias de su infancia por la zona; entendí la mitad, pero la verdad, así tenía que ser.
La salida dura unas 12 horas en total, incluyendo paradas en Purmamarca y el Paseo de los Colorados.
Sí, el traslado está incluido desde puntos céntricos de la ciudad de Salta.
Sí, durante el día se visita Purmamarca (con el Cerro de los Siete Colores) y las Salinas Grandes.
Todos los impuestos y entradas están incluidos en el precio del tour.
Sí, los bebés pueden ir; se permiten cochecitos y hay asientos infantiles disponibles si los necesitas.
Se recomienda ropa cómoda, protección solar (sombrero/lentes) y calzado firme por el sol fuerte y el terreno irregular.
No se incluye almuerzo; podés llevar algo para picar o comprar comida en Purmamarca.
Vas a tener tiempo libre para caminar por Purmamarca y una caminata corta por el Paseo de los Colorados; no se requiere gran estado físico.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardíacos, por la altura y los caminos de montaña.
Tu día incluye transporte en vehículo con aire acondicionado desde Salta y recogida, todas las entradas y tasas pagadas; tendrás tiempo libre para recorrer la plaza de Purmamarca a tu ritmo antes de visitar el Cerro de los Siete Colores, además de caminatas guiadas por el Paseo de los Colorados y varias paradas para fotos cruzando la Cuesta del Lipán hasta llegar a las Salinas Grandes — luego regreso a Salta por la tarde.
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