Baja del crucero en Buenos Aires y olvídate del lío con los taxis: tu chofer te espera con un cartel con tu nombre. Disfruta agua embotellada y un viaje cómodo en una van Mercedes privada. Con consejos locales y sin estrés por direcciones o idioma, empezarás tu estadía con los pies en la tierra, un recuerdo que perdura.
Lo primero que me llamó la atención fue el eco del puerto — no era ruido fuerte, sino un zumbido suave de motores y voces rebotando en el concreto. Apenas cerré mi bolso cuando vi a un hombre con un cartel con mi nombre (bien escrito, algo que me sorprendió). Sonrió y dijo “bienvenidos” antes de cambiar al inglés, pero con ese acento porteño que a veces suena casi italiano. El aire afuera estaba denso y cálido, un poco pegajoso después del aire acondicionado del barco.
Martín, nuestro chofer, nos ayudó con las maletas — no nos apuró aunque tardamos un poco en organizarnos (mi pareja perdió el celular por cinco minutos; típico). La van Mercedes parecía demasiado limpia para un estacionamiento de puerto. Adentro olía a cuero y un toque de desinfectante mentolado, que curiosamente me gustó. En los portavasos había agua embotellada. Le pregunté a Martín sobre el tráfico hacia la ciudad y se encogió de hombros: “Depende del día.” Señaló unos viejos galpones mientras pasábamos — uno ahora es un club de tango por la noche. No esperaba ese dato.
Vi cómo la ciudad se acercaba a través de los vidrios polarizados — grafitis en las paredes, alguien vendiendo flores en un semáforo, una pareja discutiendo rápido en español en la vereda. No estaba lejos (unos 20–30 minutos), pero ya saben cómo se distorsiona el tiempo cuando uno está cansado de viajar. Todo el viaje fue tranquilo comparado con el caos afuera — nada de regateos con taxis ni líos con el idioma. Al llegar al hotel, Martín nos devolvió las maletas con un pequeño gesto que sonó formal pero amable. Aún recuerdo ese instante de calma antes de entrar al bullicio porteño.
Tu chofer te esperará en la sala de arribos después de recoger el equipaje, sosteniendo un cartel con tu nombre.
Sí, se proporciona agua embotellada dentro de la van para todos los pasajeros.
Se utiliza una van Mercedes Benz V Class o similar de lujo para hasta 4 pasajeros.
El traslado suele tomar entre 20 y 30 minutos, según el tráfico.
Cada viajero puede llevar una maleta y un bolso de mano; contacta al operador si tienes equipaje sobredimensionado o adicional.
Puedes llamar al número que figura en tu voucher para recibir asistencia si es necesario.
Tu experiencia incluye recogida en el puerto de cruceros de Buenos Aires por un chofer profesional que te recibe personalmente, transporte en una elegante van Mercedes Benz V Class o similar con agua embotellada, además de todos los impuestos portuarios y cargos incluidos, hasta tu hotel en la ciudad.
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