Cabalga por la reserva natural Estancia 25 de Mayo en El Calafate con un guía local, cruzando cañones y arroyos antes de compartir un almuerzo campestre en una cueva con gauchos. Momentos de silencio, charlas auténticas y paisajes que recordarás mucho después de dejar la Patagonia.
Ya estábamos a mitad de camino cruzando el primer arroyo cuando me di cuenta de lo silencioso que estaba todo — salvo por el chapoteo de los cascos y ese olor extraño y punzante a pasto frío. Nuestro guía, Martín, tenía esa forma de señalar cosas sin hacer un gran alboroto. “¿Ves esa cresta? Es más vieja que los Andes”, dijo, y yo asentí como si entendiera de geología (que no). El viento intentaba colarse bajo mi casco, pero las paredes del cañón lo bloqueaban casi todo — algo poco común en la Patagonia, así que tuvimos suerte.
Nunca había cabalgado tanto tiempo seguido. Al principio mis piernas temblaban, pero después se volvió todo… firme. Seguimos a Martín por esas formaciones rocosas claras que parecían como si alguien hubiera abierto la tierra con un cuchillo. A veces se escuchaba el murmullo del agua por debajo, aunque no se veía. Hubo momentos en que nadie habló por largo rato — no era un silencio incómodo, sino como si todos escucháramos otra cosa. Quizás eso es lo que llaman “sentirse pequeño” en la Patagonia.
El almuerzo fue en una cueva llamada Cueva del Arroyo. Los gauchos ya habían encendido el fuego cuando llegamos — el humo subía hacia el techo de piedra, mezclándose con el aroma del pan y el asado. Intenté dar las gracias (“gracias por la comida”) pero seguro lo dije mal; uno de ellos sonrió y me pasó una copa de vino igual. Comimos sentados en bancos rústicos, y al final pasaron un cheesecake (no me lo esperaba). De regreso seguía pensando en lo viejo que se sentía todo aquí — no solo las rocas, sino también las historias que contaba Martín sobre su abuelo trabajando estas mismas tierras.
La cabalgata dura alrededor de una hora y media por tramo, más el tiempo para almorzar.
Sí, incluye un almuerzo campestre en la Cueva del Arroyo con vino y postre.
El tour requiere experiencia intermedia y buena condición física.
Sí, antes de salir te entregan casco y protectores para las piernas.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
Cruzarás cañones, arroyos y formaciones geológicas únicas que muestran millones de años de historia.
Tu día incluye todo el equipo necesario para montar, como casco y protectores, la guía de gauchos locales por la reserva natural Estancia 25 de Mayo, y un almuerzo tradicional en la Cueva del Arroyo con sándwiches de carne, cheesecake de postre, agua y una copa de vino antes de volver a El Calafate.
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