Navega desde El Calafate por Lago Argentino para ver de cerca los glaciares Spegazzini, Upsala y Perito Moreno. Baja en Puesto Las Vacas para una caminata guiada por el bosque, luego disfruta un almuerzo gourmet a bordo mientras pasas junto a hielo milenario. También puedes visitar los miradores del Perito Moreno — lleva tu abrigo más abrigado y déjate sorprender por la Patagonia.
Ya estábamos deslizándonos por el Lago Argentino cuando me di cuenta del silencio que reinaba — solo el suave zumbido del barco María Turquesa y algunas gaviotas cortando el aire frío. Nuestro guía, Martín, señalaba esos témpanos azul pálido que flotaban, algunos con formas que parecían animales si te fijabas bien (alguien juraba haber visto un perro dormido). El viento me mordía las mejillas cuando me asomaba al barandal, pero se sentía bien — fresco y puro. Pasamos Punta Avellaneda y cruzamos Boca del Diablo, que Martín llamó “la garganta más estrecha del lago.” Lo decía como si lo hubiera contado mil veces, pero aún le gustaba.
No esperaba reír tanto en una excursión a los glaciares desde El Calafate, pero así fue. En Puesto Las Vacas, bajamos para caminar — botas crujían sobre la escarcha, manos metidas en los bolsillos. Hubo un momento en que todos nos quedamos en silencio mirando el glaciar Spegazzini; hasta los niños dejaron de moverse. Los guías contaron historias de antiguos puestos ganaderos y señalaron pequeñas flores silvestres que asomaban entre el musgo. Intenté pronunciar “Heim” como ellos (fallé rotundamente), y uno de la tripulación me sonrió con complicidad.
El almuerzo a bordo superó mis expectativas — pan calentito, algo con queso bien cremoso, y Malbec local para quien quisiera. Me senté junto a una ventana y vi cómo nos acercábamos al glaciar Upsala, que en persona parecía de otro mundo. Se veían grietas profundas en el hielo, con tonos de azul que ni sé cómo describir. Más tarde navegamos hacia la cara norte del Perito Moreno; la gente se pegaba al vidrio o salía a sacar fotos, pero al rato la mayoría solo se quedaba mirando en silencio. Es curioso cómo uno puede sentirse pequeño y afortunado al mismo tiempo.
El tour dura unas 9 horas incluyendo navegación y paradas.
Sí, tanto en la cubierta clásica como en la premium; la premium ofrece un menú de 4 pasos con vino.
Sí, hay una caminata guiada en Puesto Las Vacas y una parada opcional en los miradores del Perito Moreno.
Sí, con ciertas opciones de reserva se ofrece recogida y regreso al hotel.
La cubierta clásica es accesible; la premium no.
Botas de trekking o zapatillas, ropa abrigada e impermeable, guantes, gorro y bufanda—el clima en Patagonia cambia rápido.
Sí, se pueden solicitar opciones vegetarianas y sin gluten al hacer la reserva.
Tu día incluye traslado desde y hacia el hotel si eliges esa opción, guías locales bilingües durante todo el crucero, entradas a las zonas del Parque Los Glaciares visitadas en barco, almuerzo gourmet (caja clásica o menú premium de cuatro pasos con vino), bebidas sin alcohol durante la navegación, caminatas guiadas en tierra y mucho tiempo para disfrutar los glaciares desde la cubierta o los miradores antes de regresar por la tarde.
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