Despega desde el norte de Buenos Aires con un piloto local que te guiará sobre íconos como el Obelisco, las torres de Puerto Madero y el Cementerio de la Recoleta a 150 metros de altura. Siente cómo se acelera el corazón mientras los sonidos de la ciudad se apagan y la luz del sol juega sobre los techos—una Buenos Aires que pocos conocen de cerca.
Lo primero que noté fue el zumbido suave de la hélice, como un cortacésped lejano pero más agudo, una sensación extrañamente tranquilizadora mientras esperábamos en el helipuerto Helinorth, al norte de Buenos Aires. Nuestro piloto, Martín, tenía esa facilidad para hacer bromas mientras repasaba las indicaciones de seguridad (todavía no logro pronunciar bien “helicóptero”). El aire olía a una mezcla leve de combustible y brisa del río. No podía dejar de mirar el skyline, tan cerca y a la vez tan lejos.
Al despegar, todo cambió. La ciudad se encogió bajo nosotros, esas calles enredadas y parches verdes parecían un gran mosaico. Martín señaló la Avenida 9 de Julio, la más ancha del mundo, y luego el Obelisco, pequeño pero firme en medio de todo. Intenté sacar fotos, pero la mayoría del tiempo me quedé simplemente mirando. Mi amigo me dio un codazo cuando sobrevolamos Puerto Madero; ver esas torres de vidrio casi a su altura me hizo reír sin poder evitarlo. Era como un sueño.
No esperaba que el Cementerio de la Recoleta se viera tan ordenado desde arriba, como si alguien hubiera colocado cientos de casitas de mármol para fantasmas. Martín contó que algunas familias tienen mausoleos más antiguos que el propio país. Hubo un momento en que giró a la izquierda y el sol brilló sobre el techo de la Casa Rosada; por un instante se veían personas moviéndose como hormigas en la Plaza de Mayo. Es curioso cómo volar te hace sentir a la vez inmenso y diminuto.
El vuelo duró unos 35 minutos, pero se sintió más corto; el tiempo se vuelve resbaladizo allá arriba. Al aterrizar, mis manos seguían vibrando un poco por haber agarrado el cinturón con fuerza (viejos hábitos). Si buscas una experiencia diferente en Buenos Aires que no sea solo otro tour a pie, esto es otra cosa. Desde entonces, cada vez que escucho un helicóptero, me viene a la mente esa vista, ¿sabes?
El vuelo dura aproximadamente 35 minutos.
Sobrevolarás el Obelisco, Avenida 9 de Julio, Puerto Madero, Cementerio de la Recoleta y la Casa Rosada.
El tour parte del helipuerto Helinorth, al norte de Buenos Aires, a unos 25 minutos en auto del centro.
No se menciona traslado desde el hotel; los pasajeros deben llegar por su cuenta al helipuerto Helinorth.
Los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito y deben sentarse en el regazo de un adulto durante el vuelo.
No se recomienda para personas con lesiones en la columna o problemas cardiovasculares.
El piloto también actúa como guía durante el vuelo.
Ofrece vistas panorámicas de lugares icónicos como el Cementerio de la Recoleta y Puerto Madero desde una perspectiva que solo se puede tener desde el aire.
Tu experiencia incluye una charla de seguridad detallada en el helipuerto Helinorth antes de abordar tu helicóptero privado con un piloto local que te irá señalando puntos clave como la Avenida 9 de Julio y el Cementerio de la Recoleta mientras vuelas sobre Buenos Aires por unos 35 minutos, con toda la comunicación a cargo de la tripulación para que solo te dediques a disfrutar.
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