Vas a probar los secretos mejor guardados de Palermo: empanadas hojaldradas recién salidas del horno, comida reconfortante en bodegones con gente local, un bife argentino jugoso directo de la parrilla y un postre sorpresa para cerrar. Risas con la guía y muchas historias detrás de cada plato — este tour gastronómico en Buenos Aires es mucho más que comer, es sentir la ciudad por una noche.
Lo primero que recuerdo es el aroma: ese aire cálido y a masa recién horneada que salía de una pequeña deli escondida en Palermo. Nuestra guía, Lucía, nos invitó a entrar como si fuéramos viejos amigos. Me pasó una empanada tan caliente que tuve que moverla entre los dedos un momento (ella se rió y dijo “bienvenido”). La masa estaba más hojaldrada de lo que esperaba, y el relleno —carne con el punto justo de especias— me hizo olvidar que estaba al lado de una heladera llena de gaseosas y no en un restaurante fancy. Después llegó la pizza, gruesa y con mucho queso, y esa salsa de tomate casi dulce que solo se encuentra en Buenos Aires. Quise preguntar por la mezcla de quesos, pero mi español fue un desastre; Lucía solo sonrió y dijo que era “un secreto de familia”.
Recorrimos calles llenas de murales vibrantes — en serio, cada esquina parecía una galería de arte. Entre bocados y anécdotas sobre la historia de Palermo (no sabía cuánto influía la cultura italiana aquí), llegamos a un bodegón de los de antes. Una milanesa que ocupaba todo el plato, una tortilla que sabía a domingo en casa de la abuela, y fainá con un crujido sorprendentemente adictivo. También hubo vino —Malbec, por supuesto— servido generosamente por un mozo que me guiñó un ojo cuando me vio intentar hacer el típico movimiento para airearlo.
La parada en la parrilla fue la más ruidosa: el choque de platos, el siseo de la carne en la parrilla, gente discutiendo suavemente sobre fútbol. Mi bife llegó en su punto, rosado por dentro; todavía puedo imaginar ese aroma ahumado mezclado con chimichurri de ajo. El postre fue una sorpresa en capas (Lucía no quiso dar detalles) que sabía a caramelo y a infancia. Terminamos quedándonos más tiempo del planeado porque nadie quería irse — es curioso cómo la comida logra eso.
Pruebas más de 8 platos argentinos diferentes en 4 a 6 lugares locales durante el tour.
Sí, hay menús vegetarianos y sin gluten si lo avisas al reservar.
El recorrido a pie dura unas 3.5 horas con caminatas cortas (unos 5 cuadras) entre cada parada.
Sí, una de las paradas es en una parrilla donde disfrutarás del famoso bife argentino.
Incluye vino en algunas paradas y otras bebidas según el restaurante.
No, no incluye recogida en hotel; el punto de encuentro es en Palermo con la guía.
No, lamentablemente no se pueden adaptar necesidades veganas en este tour.
La edad mínima para participar es 14 años.
Tu noche incluye todas las degustaciones —más de ocho platos argentinos auténticos— en cuatro a seis restaurantes locales seleccionados en Palermo, además de vino en paradas específicas y la guía experta que te acompañará durante las 3.5 horas de paseo. Hay opciones vegetarianas y sin gluten si lo pides al reservar; solo trae calzado cómodo para caminar entre cada bocado.
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