Vive Buenos Aires a tu ritmo, en un coche privado con audioguía fácil de seguir. Desde plazas históricas hasta barrios llenos de color y estadios legendarios, este tour te permite profundizar o simplemente disfrutar el ambiente sin prisas ni multitudes.
Lo primero que me llamó la atención fue el bullicio de la ciudad a primera hora: vendedores instalándose cerca de la Plaza de Mayo y el aroma de medialunas recién hechas saliendo de una cafetería de esquina. Nuestro chofer llegó puntual y partimos en un coche cómodo con aire acondicionado. La audioguía empezó justo al pasar por la Casa Rosada, con su característico color rosa, y el viejo Cabildo; casi podía imaginar a Eva Perón saludando desde ese balcón tan famoso. Nos detuvimos un rato en la Catedral Metropolitana—nuestro guía recomendó entrar para ver la tumba de San Martín si te gusta la historia.
Bajamos por la Avenida de Mayo, pasando por librerías antiguas y carteles de tango que se iban despegando de los postes. En la Plaza de la República apareció el Obelisco. Es más alto de lo que parece en las fotos, la verdad. Nos sacamos unas selfies divertidas mientras los taxis pitaban sin parar (acá es bastante ruidoso). Después fuimos al Cementerio de Recoleta. Es como un laberinto de estatuas de mármol y criptas; los gatos duermen sobre las piedras calentadas por el sol y encontrarás nombres que marcaron la historia argentina por todos lados. Nuestro guía señaló la tumba de Evita—no es ostentosa, pero siempre tiene flores frescas.
Más tarde, paseamos por los Bosques de Palermo. El Jardín Japonés me sorprendió: peces koi nadando bajo pequeños puentes y, si tienes suerte con la época, cerezos en flor (la primavera es lo mejor). Luego visitamos el Barrio Chino, escondido detrás de la estación Belgrano; el olor a aceite de sésamo y empanaditas fritas te recibe antes de ver el arco rojo. Tomamos un bubble tea en una tiendita llamada “Tea Connection”—no es lujoso, pero viene perfecto en un día húmedo.
Los estadios de fútbol son una locura de ver de cerca: La Bombonera en La Boca parece encajonada en el barrio, con azul y amarillo por todos lados. El Monumental de River Plate es más grande y tiene un aire más moderno. Si te interesa la historia del fútbol, ambos museos valen la pena, aunque no seas fanático. Para terminar, Puerto Madero se siente como otra ciudad: torres de vidrio reflejando el río, corredores por todos lados y ese puente curvo, el Puente de la Mujer, que parece una obra de arte sobre el agua.
¡Sí! El coche es cómodo para grupos pequeños y tiene espacio para cochecitos o sillas de bebé. A los niños suele encantarles ver los estadios y parques.
Por supuesto, puedes ajustar el tiempo en cada lugar o pedir incluir sitios como Tigre o Luján. Solo dinos qué te interesa más.
Sí, podemos organizar la recogida o el regreso desde el aeropuerto si lo mencionas al reservar.
El vehículo es accesible para sillas de ruedas y la mayoría de las atracciones principales también, aunque algunos sitios antiguos pueden tener caminos irregulares.
Tu paseo incluye un vehículo con aire acondicionado y una audioguía sencilla en tu idioma. Sillas de ruedas, cochecitos y animales de servicio son bienvenidos. Tú decides el ritmo y dónde detenerte o seguir. Hay opciones de transporte público cerca si las necesitas.
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