Te subirás al volante de un clásico Trabant para recorrer los lugares más icónicos de Berlín—Puerta de Brandeburgo, East Side Gallery, Checkpoint Charlie—con un guía local que te acompaña. Prepárate para risas, miradas curiosas y momentos que recordarás mucho después de devolver tu licencia de conductor de recuerdo.
Nos metimos en este pequeño y cuadrado Trabant justo al lado de Potsdamer Platz—la verdad, me reí al ver el tamaño del volante. Nuestro guía, Jens, me dio un mapa pero solo sonrió y dijo: “¡Sigue mi humo!” El motor empezó a rugir con ese olor a dos tiempos antiguo (algo así como cortacésped mezclado con nostalgia), y de repente estábamos recorriendo amplios bulevares donde los tranvías sonaban y los ciclistas pasaban veloces. Sentí que Berlín nos miraba y nos animaba—la gente saludaba o sacaba fotos en los semáforos. No esperaba sentirme tan visible en una ciudad tan grande.
Pasamos por la Puerta de Brandeburgo, que siempre parece más grande en fotos pero igual me puso la piel de gallina. Jens señaló que Potsdamer Platz antes era una tierra de nadie—difícil de imaginar ahora con todos esos rascacielos de cristal. En Unter den Linden, los tilos bordeaban la calle y se percibía un leve aroma a lluvia sobre el pavimento cálido. Mi pareja no paraba de mover la radio (sin suerte), así que solo escuchamos el motor mientras la voz de Jens sonaba por el walkie: “¡Próxima a la izquierda! Cuidado, los Trabis no frenan como un BMW.”
El puente Oberbaum brillaba casi naranja contra el cielo al cruzar el Spree—alguien en un bote nos saludó desde abajo. Paramos un momento en East Side Gallery; si te acercas, aún se huele la pintura en aerosol en los murales. Algunos turistas preguntaron por nuestros coches (“¿Son reales?”) y traté de explicarlo en mi alemán torpe—Li se rió de mi acento, pero bueno, lo intenté. En Checkpoint Charlie me di cuenta de toda la historia que guardan estas calles. Hay algo en conducir tú mismo por todo eso que hace que se quede más grabado que cualquier museo.
No, solo hay caja manual a menos que se solicite automático con antelación.
Sí, niños hasta 17 años viajan gratis con un adulto; lleva tus propias sillas para niños si las necesitas.
El recorrido dura unos 75 minutos por el centro de Berlín.
Sí, todos los conductores deben mostrar licencia válida para coches manuales antes de conducir.
No, el punto de encuentro es cerca de Potsdamer Platz.
Sí, el tour es accesible para sillas de ruedas y se permiten animales de servicio.
El tour se realiza con lluvia o sol; lleva ropa adecuada porque los coches no están completamente sellados.
Máximo 4 personas por vehículo; peso total hasta 350 kg (770 lbs).
Tu día incluye conducir tu propio Trabant vintage por los lugares más famosos de Berlín con un guía local en directo por radio, además de una divertida licencia de conductor de recuerdo antes de volver al tráfico moderno.
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