Recorre las calles vivas del castillo de Berat, cruza puentes antiguos entre Mangalemi y Gorica, haz una pausa junto al lago Belshi y ríe con tu guía local. Tendrás tiempo para comer y explorar antes de volver a Tirana, con recuerdos que duran para siempre.
No esperaba que el viaje desde Tirana se sintiera tan rápido — quizá fue porque nuestro guía, Arber, no paraba de señalar detalles por el camino (“aquí mi abuela compraba miel,” nos contó en un momento). Paramos en el lago Belshi justo cuando el sol empezaba a calentar de verdad. El aire olía a verde y tierra mojada, como el césped después de una lluvia de verano. Vi a un par de viejos discutiendo a las cartas en un banco junto al agua. No entendía nada, pero me sacó una sonrisa.
Berat es otra historia. Ya ves esas casas blancas de estilo otomano apiladas en la ladera antes de bajarte de la furgoneta. Entrar al castillo de Berat fue una sensación rara pero buena — la gente realmente vive allí, colgando ropa entre muros de piedra que han visto siglos pasar. Las piedras del suelo están irregulares y casi me caigo (dos veces), pero Arber solo sonrió y dijo: “Eso significa que lo estás haciendo bien.” Dentro del castillo nos metimos en una pequeña iglesia bizantina; estaba fresca y olía un poco a cera de vela. El museo Onufri era opcional, pero entré igual — esos rojos y dorados se me quedaron grabados.
Después paseamos por Mangalemi y Gorica, que están a cada lado del río Osumi. Hay un puente antiguo que los une — no tan espectacular como en las fotos, pero más auténtico en persona. Los niños corrían de un lado a otro mientras sus madres gritaban desde los balcones. Tuvimos unas dos horas para explorar o comer; al final probé un byrek en un café donde nadie hablaba inglés, pero todos sonreían igual.
El calor en Berat no es broma si vas en verano. Lleva agua y ropa ligera — créeme en eso. Ya por la tarde volvimos hacia Tirana con polvo en los zapatos y la cabeza llena de detalles curiosos (como que todas las ventanas tienen geranios). Aún recuerdo esa vista desde el muro del castillo cuando todo se quedó en silencio por un segundo, salvo unas campanas lejanas… ¿sabes a qué me refiero?
Sí, si eliges esa opción al reservar, te recogemos en tu hotel de Tirana.
El trayecto en furgoneta o bus dura unas 2 horas por trayecto.
Sí, las entradas al castillo están cubiertas dentro del paquete del tour.
Usa calzado cómodo y ropa ligera, porque hay calles de piedra y cuestas, y el verano puede ser caluroso.
Tendrás unas 2 horas y media para almorzar o pasear libremente por Berat.
Este tour no es apto para niños menores de 4 años debido a las caminatas.
El recorrido incluye calles irregulares y cuestas; no se recomienda para quienes tengan dificultades para caminar.
Los museos pueden cerrar los lunes en temporada baja (noviembre a mayo).
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Tirana, entradas al castillo de Berat, transporte en furgoneta o bus, un guía local en inglés que comparte historias durante el camino, y tiempo suficiente para explorar los barrios históricos y disfrutar de tu comida con calma antes de volver.
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