Viaja en vagones vintage por el salvaje Valle Verde de Arizona con una copa de Champagne en mano y las historias de tu guía local mientras disfrutas vistas de cañones. Observa águilas sobre acantilados rojos, prueba aperitivos sencillos mientras la luz cambia sobre ruinas antiguas y siente cómo el tiempo se detiene cruzando puentes solo accesibles en tren.
Lo primero que me impactó fue el olor — no al tren, sino al aire seco de Arizona, a la vez dulce y polvoriento, justo al pisar el andén en Clarkdale. Había visto fotos del Verde Canyon Railroad, pero no esperaba que esos vagones antiguos crujieran un poco al acomodarnos, ni que nuestro guía, Tom (que lleva años en esta ruta), sonriera al darnos el Champagne. “Estén atentos a las águilas”, dijo como si fuera algo cotidiano.
Salimos despacio, pasando entre álamos y adentrándonos en esos acantilados rojos que parecían pintados. Las ventanas eran enormes — me apoyaba la frente en el cristal como un niño. Hubo un momento al cruzar el gran puente sobre SOB Canyon en que todo el mundo se quedó en silencio, salvo un tipo que murmuró un “wow”. Se veía el río serpenteando abajo. Quise sacar una foto, pero terminé solo mirando; a veces olvidas tomar fotos y quizá es mejor así.
Pasaron con los aperitivos (nada sofisticado, pero perfecto con una bebida fría), y Tom señaló dónde vivían los antiguos Sinagua — si entrecerrabas los ojos, se distinguían ruinas de piedra aferradas a las rocas. En un momento alguien vio un águila calva planeando arriba y medio vagón se asomó tratando de verla. La historia sobre Perkinsville Ghost Town me hizo lamentar no haber prestado más en historia; escucharla mientras cruzas esos cañones se queda mucho más que leerla.
Después exploramos el Museo John Bell en la estación — fotos antiguas, herramientas oxidadas, relatos sobre Jerome y Clarkdale que me hicieron dar cuenta de todo lo que ha pasado a lo largo de estas vías. Sigo pensando en ese túnel largo por el que pasamos, oscuro como la noche un instante antes de salir a paredes de cañón iluminadas por el sol. No es lo que esperaba de Arizona — más tranquilo, con espacio para respirar.
El recorrido en tren dura aproximadamente entre 3.5 y 4 horas ida y vuelta.
Sí, se sirven aperitivos a bordo y recibes un vale para café que puedes usar en la estación antes de partir.
El tren parte desde Clarkdale, Arizona.
Sí, todos los vagones cuentan con baños disponibles.
Todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas.
Podrás ver águilas calvas, halcones, jabalinas, burros salvajes, liebres y otras criaturas del cañón.
Tu boleto incluye agua embotellada y un brindis con Champagne a bordo.
Los bebés de 0 a 1 año pueden ir en el regazo de un adulto; niños de 1 año en adelante necesitan boleto con tarifa de adulto.
Tu día incluye asiento de clase lujo en vagones vintage del Verde Canyon Railroad con aperitivos a bordo, agua embotellada durante todo el viaje, un brindis con Champagne mientras recorres vistas de cañones y un vale para café que puedes usar al menos una hora antes de la salida en la estación. Hay baños disponibles para tu comodidad durante esta aventura escénica.
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