Las Vegas: Alquiler de UTV para Explorar Dunas y Senderos

4.94

(324 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Ya nos estábamos riendo antes de salir del lugar, con los cascos medio puestos y las gafas empañadas por el aliento. El chico del check-in —creo que se llamaba Mike— nos dio mascarillas y nos explicó rápido cómo no volcar el UTV (que, la verdad, parecía más fácil de lo que imaginaba). En el aire se mezclaba un leve olor a gasolina y protector solar con ese viento seco de Nevada que se cuela por todos lados. Yo no paraba de ajustar los guantes mientras él señalaba qué senderos eran mejores si “no quieres quedarte atrapado cavando arena por horas”. Apuntado.

Cuando arrancamos, me di cuenta de lo abierto que estaba todo aquí. La palabra clave de esta aventura es libertad, supongo: nadie te dice dónde girar ni cuándo parar. Primero pasamos por zonas rocosas que te hacen vibrar los dientes, y de repente estábamos en dunas suaves con el sol reflejándose en la arena blanca. Mi amiga intentó sacarse un selfie y casi pierde el móvil por el viento. Cada vez que parábamos, había un silencio raro, solo roto por motores a lo lejos y algún halcón volando arriba. No es el silencio de casa; es un vacío distinto.

No esperaba disfrutar tanto las partes movidas —hay algo en agarrar el volante mientras el polvo vuela alrededor que te hace sentir… no invencible, pero sí despierto de una forma nueva. El equipo local nos saludó al volver, con la cara llena de polvo pero sonriendo. Devolvimos el equipo y alguien bromeó sobre quién necesitaría un quiropráctico primero (probablemente yo). Y aún ahora, si lo pienso, siento el sabor de la arena en la boca.