Subirás al Eurostar temprano en Londres y estarás en París antes de terminar tu café. Con un guía local que te lleva por los puntos clave en bus y por el Sena, más la opción de almorzar dentro de la Torre Eiffel, esta excursión es intensa pero muy personal, dejando más recuerdos que fotos.
Confieso que la idea de despertarme en Londres y almorzar dentro de la Torre Eiffel me sonaba a película, así que esperaba que fuera algo apresurado o demasiado turístico. Pero hay un momento curioso de calma cuando vas cruzando el campo inglés en el Eurostar, croissant en mano (si te animas a primera clase), y de repente caes en cuenta: París está a poco más de dos horas. Nuestra guía, Samira, repartió mapas en St Pancras y bromeó diciendo que a veces se pierde cerca de Gare du Nord. Eso me gustó.
París me pareció más grande de lo que recordaba, quizá por la amplitud de sus bulevares o por verlo todo desde el aire acondicionado del autobús. Pasamos rápido por el Arco de Triunfo (vi a alguien hacerse un selfie en medio del tráfico) y luego bajamos por los Campos Elíseos mientras Samira señalaba las panaderías que, según ella, están sobrevaloradas. El crucero por el Sena fue más tranquilo de lo que esperaba; el agua tenía un leve olor metálico, pero nada desagradable, y una brisa que me despeinó. Ver Notre Dame desde abajo es otra cosa: a la vez más triste y majestuosa.
Si eliges la opción de almuerzo en la Torre Eiffel (como hice yo, porque, ¿cuándo más?), prepárate para las filas de seguridad: se toman muy en serio la revisión de bolsos. El ascensor vibró un poco al subir. En la brasserie, la gente hablaba francés a nuestro alrededor; el camarero sonrió cuando intenté pedir vino con mi mejor acento (no muy bueno). Las croquetas de bacalao estaban crujientes por fuera y suaves por dentro, todavía las recuerdo, y la vista desde el Trocadero me hizo olvidar el móvil por al menos diez minutos. El postre llevaba sal marina; no lo esperaba, pero fue el broche perfecto después de tanto andar.
Paramos frente al Louvre para hacer fotos, pero no entramos—Samira nos advirtió que el tráfico podía complicar los tiempos, así que no intenten hacer demasiado. Hay tiempo libre incluido en esta excursión de un día a París desde Londres, suficiente para pasear o sentarte con un espresso si te duelen los pies (los míos sí). El regreso en Eurostar se sintió más lento, tal vez porque todos estábamos cansados o llenos de nuevas experiencias para digerir. Así que sí, lo repetiría solo por esa sensación de estar en otro lugar a la hora de comer.
El tour dura todo el día, con salida temprano desde St Pancras y regreso alrededor de las 8:30 pm.
El almuerzo en la Torre Eiffel está incluido si eliges la opción de upgrade; si no, tendrás más tiempo libre en París.
No, deberás llegar por tu cuenta a la estación St Pancras para la salida.
Sí, los billetes de ida y vuelta en Eurostar entre Londres y París están incluidos en la reserva.
Sí, según la opción que elijas tendrás hasta 3 horas para explorar París por tu cuenta.
Si no hay acceso, te ofrecerán un almuerzo de tres platos en un crucero por el Sena o en un bistró cercano.
Sí, es obligatorio llevar pasaporte válido para viajar en Eurostar entre Londres y París.
Sí, los niños pueden participar pero deben ir siempre acompañados por un adulto.
Tu día incluye billetes de ida y vuelta en Eurostar entre Londres y París, un tour panorámico guiado en autobús por barrios centrales como el 8º distrito y puntos emblemáticos como el Arco de Triunfo y la Ópera, un crucero de una hora por el Sena con comentarios, y un almuerzo opcional de tres platos con vino en la brasserie del primer piso de la Torre Eiffel (si eliges esta opción). También tendrás tiempo libre para pasear o descansar antes de regresar a Londres por la tarde.
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