Búzios: Buceo para principiantes y certificados en Ilha de Âncora

4.91

(210 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Lo primero que noté no fue el agua ni el equipo, sino cómo todos en el barco miraban al horizonte, como esperando algo. Nuestro instructor, Paulo, me pasó el traje de neopreno (que no es fácil de poner, por cierto) y sonrió cuando me costó cerrar la cremallera. “Tranquilo,” dijo, “todos la lían la primera vez.” El aire olía a sal y un poco a metal, tal vez por los tanques alineados. Sentía los nervios a mil—nunca había buceado y no tenía ni idea de lo que me esperaba.

Después de unos 40 minutos llegamos a Ilha de Âncora—las olas golpeaban el casco y las gaviotas peleaban en el cielo. Paulo explicó que este lugar es conocido como el Santuario de Tortugas, y pensé que bromeaba hasta que vimos una: una tortuga enorme que pasaba nadando como si tuviera prisa. El agua estaba más fría de lo que imaginaba (Paulo dijo que suele estar entre 19 y 24 grados), pero al sumergirnos todo se volvió más lento. Los peces se movían en grandes bancos plateados; si mirabas bien, veías destellos amarillos o azules. Mi máscara se empañó un poco y al principio no entendí la señal de Paulo—se rió por el regulador y señaló otra vez una raya medio enterrada en la arena.

En el agua no hablamos mucho (obvio), pero en cubierta la charla fluyó fácil—la gente compartía historias sobre Ugly Island (que no es fea para nada) o lo clara que se pone el agua en días buenos. Alguien pasó rodajas de naranja mientras nos secábamos al sol. Cada uno parecía tener su motivo para estar ahí: unos buzos certificados buscando sitios más profundos, otros solo querían descubrir qué hay bajo la superficie de Búzios por un día. Yo solo quería saber cómo se siente respirar bajo el agua—y ahora lo sé.