En un solo día explorarás dos de las cuevas más impresionantes de Vietnam—una seca y otra con río. Con un guía local y todo organizado (incluido el almuerzo), es la forma más cómoda de conocer estas maravillas naturales y escuchar historias que no encontrarás en ninguna guía.
La mañana en Dong Hoi estaba fresca cuando nuestro guía llegó justo frente a mi homestay, poco después de las 8 am, tal como habíamos quedado. Hay algo especial en las calles tranquilas a esa hora, con los locales ya tomando café en pequeñas mesas de plástico, que te hace sentir que llevas ventaja en el día. Tras un breve viaje, llegamos al borde del Parque Nacional Phong Nha-Ke Bang, donde las montañas de piedra caliza emergen de la nada. Linh, nuestro guía, nos contó cómo los espeleólogos británicos descubrieron Paradise Cave en 2005. Había visto fotos antes, pero nada te prepara para entrar en esa primera caverna: es fresca, con un eco sutil y un aroma terroso mezclado con minerales. El camino de madera serpentea entre formaciones salvajes; unas parecen enormes pilares de cristal, otras como cascadas congeladas. Linh señaló un rincón donde la luz hace brillar los cristales perfectamente; tomé una foto, pero en realidad no le hace justicia.
Después del almuerzo (arroz sencillo con verduras locales — pide chile si te gusta picante), nos dirigimos a la cueva Phong Nha. Se llega en bote—al principio el motor suena fuerte, pero luego lo apagan y deslizas dentro, solo escuchando el goteo del agua y tu voz rebotando en la roca milenaria. La cueva es enorme, pero lo que más me quedó fue cómo los guías contaban su historia: durante la guerra, formaba parte de la red del sendero Ho Chi Minh. Cerca aún se ve un antiguo muelle si prestas atención. Las estalactitas cuelgan bajas en algunos puntos; cuidado con la cabeza. Al salir a la luz del día, vi niños vendiendo mangos frescos en el muelle—si tienes algo de cambio, compra uno para el camino de regreso.
¡Sí! Los caminos son fáciles y los botes estables. Solo avísanos si alguien necesita ayuda extra o tiene requerimientos especiales.
Lo mejor son zapatos cómodos porque algunos caminos pueden estar húmedos. Lleva una chaqueta ligera—las cuevas mantienen el frío todo el año—y algo de efectivo para snacks o souvenirs cerca del río.
Por supuesto. Solo indica tus necesidades al reservar y te preparamos un almuerzo vegetariano.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Dong Hoi o Phong Nha, entradas a ambas cuevas, agua embotellada para mantenerte hidratado, un delicioso almuerzo local (opciones vegetarianas bajo petición) y un guía experto que conoce cada rincón de estas cuevas. También cubrimos impuestos y tasas ambientales—sin costos ocultos.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?