Vuela en tirolina sobre ríos, atraviesa cuevas oscuras, flota en piscinas de barro con nuevos amigos y navega en barco dragón por una de las cuevas más famosas de Vietnam, todo en un día que se pasa volando.
La mañana ya estaba cargada de humedad cuando nuestro guía llegó al hotel, justo a tiempo y con una sonrisa que prometía algo emocionante. El trayecto hacia el Parque Nacional Phong Nha-Ke Bang duró cerca de una hora, pero se hizo corto. Los arrozales pasaban rápido por la ventana y de vez en cuando veías un búfalo de agua parado, sin inmutarse ante las furgonetas que pasaban.
Primero: la Cueva Oscura. Confieso que se me aceleró el corazón al ponerme el arnés para la tirolina. Te lanzas justo sobre un río azul impresionante, con el viento en la cara y las palmas sudando, para caer directo en la entrada de la cueva. Dentro no hay luz, solo la linterna del casco. El aire es fresco y húmedo; se escucha el agua goteando en la oscuridad. Caminamos por barro hasta el pecho (mejor no llevar tu traje de baño favorito) y terminamos todos riendo como niños en una pelea de barro. Bañarse en el lago interior se sintió casi como una ducha después de tanta suciedad.
El almuerzo fue en un lugar sencillo del pueblo de Phong Nha: sillas de plástico, ventiladores girando y platos locales que sabían mucho mejor de lo que parecían. Si eres vegetariano o tienes alguna preferencia, solo avísales antes y te lo preparan sin problema.
Después de comer, subimos a uno de esos barcos dragón pintados de rojo y verde y navegamos por el río hasta la cueva Phong Nha. El paseo fue tranquilo, solo se escuchaba el motor y de vez en cuando algún grito de niños jugando en la orilla. La cueva es enorme. Caminamos unos 300 metros adentro, con aire fresco y formaciones rocosas con nombres curiosos como “León” o “Buda”. Nuestro guía nos mostró detalles que no habría notado: pequeños murciélagos pegados al techo y marcas dejadas por antiguas corrientes de agua.
Al final de la tarde ya estábamos de vuelta en el hotel, sin barro pero con arena en lugares inesperados horas después. Si buscas un día que combine aventura, naturaleza y un poco de desorden divertido, este tour es difícil de superar.
Las actividades son ideales para adultos y niños mayores que pesen entre 40 y 90 kg para la tirolina. Los más pequeños podrían no poder participar en todo.
Lleva traje de baño, toalla y quizás unas chanclas para después del baño de barro. Hay taquillas disponibles con un pequeño depósito para guardar tus cosas.
¡Claro! Solo avísanos antes si tienes alguna restricción para preparar un almuerzo adecuado.
Debes sentirte cómodo nadando y caminando por terrenos irregulares dentro de las cuevas. La mayoría de personas con condición física media lo pueden hacer sin problemas.
El tour incluye recogida y regreso desde Dong Hoi o el pueblo de Phong Nha, todas las entradas (incluido el barco dragón), equipo para tirolina y exploración de cuevas (casco, arnés), equipo de kayak, guía en inglés o vietnamita experto, agua potable durante toda la excursión y un almuerzo típico vietnamita en un restaurante local. Siempre hay un botiquín de primeros auxilios por si acaso.
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