Camina por las calles iluminadas por faroles de Hoi An con una guía local que comparte las historias detrás de sus muros amarillos y templos. Cruza el Puente Cubierto Japonés, visita casas antiguas, prueba un té herbal especial y termina en el bullicioso mercado donde la vida cotidiana vibra a tu alrededor. Momentos que se quedan contigo mucho después.
Sentí una mezcla extraña de calma y curiosidad al entrar en el casco antiguo de Hoi An—esas paredes amarillas parecían brillar con la luz de la mañana. Nuestra guía, Minh, nos llamó con una sonrisa y empezó a contarnos cómo llegaron los japoneses hace siglos. De vez en cuando percibía el aroma del incienso de algún altar escondido cerca. La primera parada fue la Galería de Cultura Japonesa—la verdad, no esperaba interesarme tanto en las fechas, pero Minh lo hizo parecer un chisme de otra época. Nos reímos cuando intentó enseñarnos algunas palabras en japonés; yo las pronuncié fatal y ella solo movió la cabeza sonriendo.
El Puente Cubierto Japonés es más pequeño de lo que imaginaba, pero tiene algo especial—como si todos bajaran el ritmo al cruzarlo. Se notan las capas de pintura y el paso del tiempo en la madera. Hubo un momento en que una mujer local pasó cargando cestas en su yugo y me saludó con un gesto; no sé por qué, pero eso me quedó grabado. Luego nos metimos por callejones hasta la Sala de la Asamblea Cantonesa, llena de dragones y colores vivos en su interior. Minh señaló tallados que yo habría pasado por alto; dijo que uno contaba una historia sobre la suerte y negocios que salieron mal (aún lo recuerdo).
Después entramos a la Casa Antigua Quan Thang—aire fresco, pisos que crujían, rayos de sol entrando por las persianas de madera. Olía un poco a papel viejo y a algo dulce que no pude identificar. Para entonces mis pies ya estaban cansados, pero Minh nos ofreció unos vasitos de té herbal—lo llamó “té de la longevidad.” Tenía un sabor terroso, pero se agradecía después de tanto caminar. La última parada fue el mercado; voces por todos lados, sastres mostrando telas, vendedores de fruta regateando precios. Alguien me ofreció un bocado envuelto en hoja de plátano (dije que sí sin pensarlo). Así que sí—el tour por el patrimonio UNESCO de Hoi An no es solo edificios antiguos; es una ventana a la vida diaria de su gente por una tarde.
El recorrido dura aproximadamente medio día, explorando a pie varios sitios principales.
No se menciona recogida en hotel; el tour comienza en un punto de encuentro fijo en el casco antiguo de Hoi An.
Visitarás la Galería de Cultura Japonesa, el Puente Cubierto Japonés, la Sala de la Asamblea Cantonesa, la Casa Antigua Quan Thang, la Casa de Arte Tradicional y el Mercado Central.
Durante el recorrido se ofrece un té herbal especial llamado “té de la longevidad.”
Sí, los bebés pueden ir en cochecito o sentados en el regazo de un adulto; también se permiten animales de servicio.
La ruta es adecuada para la mayoría, pero no se recomienda para personas con problemas cardiovasculares graves.
Tu experiencia incluye entrada a los sitios clave del casco antiguo de Hoi An como el Puente Cubierto Japonés y la Sala de la Asamblea Cantonesa, además de una taza de té herbal local durante el paseo, todo guiado por alguien que conoce estas calles al detalle.
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