Camina por antiguos senderos de montaña sobre Antalya, explora las ruinas intactas de Termessos con un guía experto, observa la fauna del bosque y termina en la cascada Düden, todo en un solo día.
Al salir de Antalya, parecía que dejábamos la ciudad para entrar en otro mundo. Nuestro guía, Mehmet, nos contó leyendas locales mientras subíamos por las montañas del Tauro—con las ventanas bajadas, se olía el aroma a pino y hierbas silvestres en el aire. Al llegar a la entrada del Parque Nacional de Termessos, el aire se notaba más fresco que en la ciudad. Me puse una chaqueta ligera; incluso en verano, aquí arriba refresca un poco.
Empezamos la caminata bajo altos pinos, siguiendo senderos rocosos que serpentean entre piedras antiguas y raíces enredadas. El silencio solo se rompía con el canto de los pájaros y, de vez en cuando, algún ruido lejano—una cabra montesa cruzó veloz nuestro camino. Mehmet nos señaló antiguos acueductos medio ocultos entre musgo y flores silvestres. El anfiteatro está justo al borde de un acantilado; parado ahí con el viento en la cara, entiendes por qué hace siglos la gente eligió este lugar para vivir. Recorrimos templos y baños—algunas piedras aún conservan las marcas de los cinceles si las miras de cerca.
La zona del cementerio es impresionante: filas de tumbas decoradas, algunas con escudos tallados profundamente en el mármol. Mehmet nos habló de la tumba de Alketas (319 a.C.), uno de los generales de Alejandro Magno, y nos mostró dónde se encuentra entre otros sarcófagos. Incluso hay una historia sobre un perro llamado Stefanos; su lápida está ahora en el Museo de Antalya junto con un poema de su dueño. Es sorprendentemente emotivo.
Tras tres horas explorando ruinas y senderos (y viendo algunas ardillas y perdices), regresamos para hacer una parada rápida en la cascada Düden. La bruma fresca me refrescó la cara—un alivio después de tanto caminar—y había vendedores locales ofreciendo zumo de granada recién hecho. Si te gusta la historia o simplemente quieres escapar del bullicio de la ciudad por un día, esta excursión es perfecta.
El terreno es irregular y con algunas subidas, pero se avanza a un ritmo tranquilo con muchas paradas para descansar o sacar fotos.
¡Sí! Vimos ardillas, conejos, cabras montesas e incluso perdices, aunque depende de la suerte y la temporada.
No incluye almuerzo, pero cerca de la cascada Düden hay puestos donde puedes comprar algo rápido antes de volver.
Lo mejor son zapatos cómodos para caminar porque los senderos son rocosos. También conviene llevar una chaqueta ligera, ya que el aire de la montaña refresca incluso en las mañanas de verano.
Tu entrada al Parque Nacional de Termessos está incluida, además de transporte cómodo en vehículo con aire acondicionado desde el centro de Antalya. Si viajas con bebés, disponemos de sillas especiales; solo avísanos con antelación.
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