Recorre los lugares más icónicos de Estambul—Santa Sofía, Mezquita Azul, Puente de Galata—acompañado por un fotógrafo local que captura momentos auténticos y risas. Fotos espontáneas y retratos clásicos, con consejos sobre luz y timing de alguien que conoce cada rincón. Entrega el mismo día para revivir esos recuerdos al instante y quizá ver Estambul (y a ti mismo) con otros ojos.
Nos encontramos con nuestro fotógrafo justo en la Plaza Sultanahmet; nos saludó con la cámara en mano y sentí un poco de nervios (no suelo posar frente a la cámara). El aire de la mañana era fresco pero agradable, y se percibía el aroma lejano de los carritos de simit cerca. Empezamos a caminar hacia Santa Sofía mientras él contaba cómo fue crecer en esta zona de Estambul. Me señaló dónde la luz daba mejor en la piedra; la verdad, nunca había notado ese tono rosado tan temprano. La gente comenzaba su día; unos ancianos en los bancos nos miraban montar el equipo para las primeras fotos, sonriendo como si ya hubieran visto esa escena antes.
Luego llegó el turno de la Mezquita Azul. Nuestro guía sugirió sentarnos en uno de esos bancos de madera, un poco bajos si eres alto, y tomó algunas fotos espontáneas mientras yo intentaba no reírme de mi torpeza. Todo fue muy natural, sin poses forzadas. Hubo un momento en que el llamado a la oración resonó por toda la plaza y juro que todos nos quedamos en pausa por un instante, incluso nosotros. Fue algo especial, como si ser fotografiados justo entonces nos conectara con algo más grande que una simple sesión en Estambul.
Cruzando el Puente de Galata el ambiente era más ruidoso de lo que esperaba: pescadores saludándose a gritos, ferris tocando bocina abajo. Nuestro fotógrafo conocía todos esos trucos para encuadrar el skyline con los minaretes y el agua de fondo (esa vista todavía me viene a la mente). En la Mezquita de Ortaköy nos dejó hacer una pausa para tomar un té; incluso me ayudó a pedir porque mi turco es pésimo—Li se rió cuando intenté decir “çay” bien. Para entonces ya había dejado de preocuparme por cómo salía y simplemente disfrutaba recorriendo la ciudad con alguien que realmente conoce cada rincón.
Más tarde ese mismo día recibimos todas las fotos—muchas más de las que esperaba—y elegimos nuestras favoritas para editar mientras disfrutábamos de un baklava en el hotel. No se trataba solo de tener buenas fotos; fue como ver Estambul con los ojos de otra persona por unas horas. Y ahora, cada vez que veo esas imágenes, especialmente la que está junto al Bósforo con mi cabello al viento, recuerdo lo viva, ruidosa y amable que puede ser esta ciudad.
La sesión cubre Santa Sofía, Mezquita Azul, Puente de Galata y la Mezquita de Ortaköy/Puente del Bósforo.
Sí, el transporte entre ubicaciones está incluido en la reserva.
Puedes elegir 40 fotos para que sean editadas y retocadas en 1-2 días tras recibir todas las originales.
Sí, te entregamos todas las fotos originales (más de 500) el mismo día de la sesión.
Puedes llevar 2-3 cambios y usarlos en baños públicos o cafeterías durante la ruta.
Es una sesión privada, no habrá otros invitados durante tu sesión.
Se recomiendan las mañanas para mejores condiciones de luz y menos gente en los lugares.
Sí, todas las zonas y superficies son accesibles para sillas de ruedas durante el tour fotográfico.
Tu día incluye guía privado con un fotógrafo local que se encarga del transporte entre Santa Sofía, Mezquita Azul, Puente de Galata y Ortaköy; entrega el mismo día de todas las fotos tomadas (más de 500), selección de 40 imágenes editadas profesionalmente en 1–2 días; videos cortos con tu móvil o el suyo; además de todas las tasas y gastos cubiertos para que solo te preocupes por disfrutar Estambul.
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