Si quieres ver elefantes, leones, perros salvajes y mucho más en un solo día, sin multitudes, este safari en avión desde Zanzíbar a Selous es difícil de superar. Rápido, lleno de avistamientos y de vuelta a tiempo para cenar en la isla.
El aire de la mañana en Zanzíbar estaba cálido y denso mientras esperábamos en el pequeño aeropuerto; siempre hay esa mezcla de emoción y sueño antes de un vuelo al amanecer. Nuestro guía, Musa, repartió los pases de abordar con una sonrisa y nos recordó estar atentos a los hipopótamos al aterrizar. El vuelo fue rápido, menos de una hora, y desde la ventana se veía cómo el paisaje cambiaba: zonas verdes que daban paso a interminables matorrales. Al tocar tierra en la polvorienta pista de Selous, lo primero que noté fue el silencio. Solo se escuchaban pájaros y el zumbido de los insectos.
Nos subimos a un jeep abierto y entramos directo a la reserva. En minutos, un grupo de elefantes cruzó frente a nosotros; un bebé elefante movía las orejas como si quisiera llamar la atención. Musa señaló huellas frescas de león en la arena; dijo que probablemente habían pasado justo antes del amanecer. Vimos jirafas mordisqueando hojas de acacia, facóqueros corriendo entre la hierba alta y hasta logramos ver perros salvajes descansando a la sombra (son muy raros aquí). Selous tiene algo especial: la inmensidad, la sensación de poder conducir horas sin cruzarte con otro vehículo. Al mediodía, paramos junto a un lago para un picnic. Se escuchaban hipopótamos gruñendo cerca y se olía la albahaca silvestre aplastada bajo los pies. Después de comer, nos recostamos un rato a la sombra antes de seguir explorando.
La luz de la tarde teñía todo de dorado. Vimos cebras levantando polvo mientras trotaban hacia el agua y babuinos peleando por frutas en un árbol de salchichas. Musa reconocía cada canto de pájaro; nos mostró colibríes moviéndose entre las ramas e incluso un águila pescadora posada sobre la orilla del río. A las cuatro de la tarde, era hora de volver a la pista. Recuerdo sentirme polvoriento, cansado, pero también maravillado de todo lo que habíamos visto en un solo día. El vuelo de regreso fue más tranquilo; todos estaban sumidos en sus pensamientos o revisando fotos.
Unos 60 minutos en un avión chárter compartido, lo suficientemente rápido para aprovechar al máximo los safaris.
Los avistamientos no se pueden garantizar porque es naturaleza, pero Selous tiene grandes poblaciones de ambos y nuestros guías saben dónde buscarlos.
¡Sí! Se sirve un picnic en plena naturaleza, generalmente cerca de un lago o en algún lugar con sombra dentro de Selous.
Este tour no se recomienda para quienes tengan lesiones de columna o problemas de salud serios debido a los caminos irregulares durante los safaris.
Tu día incluye agua embotellada para mantenerte hidratado, almuerzo tipo picnic dentro de la reserva y todas las entradas al parque. También están incluidos los vuelos desde Zanzíbar (o Dar es Salaam).
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